Almelio Calderón: el ojo de la ciudad que vigila


ORILLAS

Los suicidios no llegan tampoco llega el amor
los amigos viven poderosamente entre los dioses
se entregan a todos los anillos
como se entrega Heráclito a la duda.
Siento sus nostalgias como siento la vehemencia
de la mirada del tigre de Blake
cada uno es una pequeña troya
se rebelan contra los muros contra los fuegos.
La existencia termina desangrándose en las
puntas de los dedos.
Los dioses tiemblan le brotan escamas.
Sólo yo puedo sostener este cielo con mi mano.





LAS MUTACIONES

Como dios de címbalo es el alma.
Como árbol que nos da un fruto es el alma.

La quietud se lanza contra el ojo.
Haz del ojo el límite de las alas.
Haz de las alas un cielo donde comience la solemnidad de un niño.

El destino que se deslice entre las líneas de las manos.
Sólo quedará una inocencia entre tantos gladiadores.





TENDRÉ QUE MORDER UNA ESTRELLA

De alguna forma yo tendré que morder una estrella
un silencio
poder hablarle de las palabras de los caracoles
que se posan en las nuevas gargantas de los hombres
para que las vocales no salgan torcidas
no con miedo
ni con forma de máquina ordinaria.
De alguna forma yo tendré que morder un Aleph
un papel
una piedra
un pedazo de camino con sus sombras
y sus papalotes de caprichos
una mirada
y una melodía que acompañe a los gatos
cuando piensan en cazar en la noche
De alguna forma yo tendré que morder una espina
una luz
un tiempo
a la misma mordida
de alguna forma yo tendré que morderme
no sé
porque el aliento no fue suficiente.




INFANCIA

A no sé cuántos años
de la caída de mi carne
pedazos de lágrimas
gritan
por una esperanza
que prefirió morir un poco más tarde.




DIALÉCTICA

Los que quieran saber la historia
que sepan la historia.
Los que quieran aprender a saltar
que aprendan de saltos.
Los que quieran decir que su corazón
es de arena que lo digan.
Los que quieran decir como Anaximandro
que el hombre nació de un pez
cuidado con los pescadores.




LA CIUDAD DISPERSA SUS VOCES, sus vibraciones,
su virginidad.
Se disipan los días, me acechan en su quietud.
Se aproximan las nevadas.
La desolación enciende sus luces.
La longitud de un pájaro pasa trazando los enormes ríos
del atardecer y picotea algunos trozos de mi ser que he
olvidado sobre las paginas de un libro de Borges.

Afuera esta lloviendo y oigo latir una luz.o




FUGACIDAD


Soy un pequeño loco de estación gris
vivo en la soledad yo la he visto
el bisturí que muy pronto cortará los dedos
de mi corazón creado tres veces por los mecánicos del alma
no tengo enigmas para mis deseos
sólo este silencio que uso como gatillo
defiendo mi emblema de estrella
mi historia que no se llama salvación
me muerdo y desmuerdo
como un sueño que se repite y se repite
en este mundo donde el espejo es lo sagrado
la imagen del es
la gloria del fue
los peldaños del será
la vida en una selva con destino
me clava sus peces
pero yo soy uno solo
ése que se enfrenta al ciego tren de estas ferreterías.


BALNEARIOS


La balanza cree en su templo aunque esté despoblada de promesas.Sólo el azar de sus llamas hace de los signos puertas que son atlashacía la sabiduría. La paciencia se desliza como archipiélago quedevora el tiempo.
¿Qué alas hay para otro vuelo, para otra marea? Las alas quierenalejarse de la finitud del hombre. Escucho como caen los dioses enestos balnearios donde la ola es una hebra más del muro.


                     …

                                                                                           …       
Antes era un homeless. Dormía en la calle, cerca de una Iglesia.No puedo asentir que me influya la opinión del mundo.Su mala prosa me provoca náuseas.Sigo expuesto a la intemperie.




SEÑALES
UN INDIFERENTE Y DESÉRTICO CIELO NOS GOLPEA
. Nada
sabemos de la muerte solo de sus cruces cuyas mirada recuerdan
la embriaguez de la noche donde
una luna violeta es el ojo de la ciudad que vigila.

¿Habrá redención para ésta ISLA?

Chapotean los soles.





Almelio Calderón Fornaris, La Habana, 1966. Ha publicado: Fragmentos para un caballo de aire (Ediciones Extramuros, 1987), Las provincias del alma (Letras Cubanas, 1992) y De la pupila del ahorcado (Eforyatocha, 2013). Actualmente reside en España.

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