Paulo Caffo: con qué quietud va la luz

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memoria
sueño fugaz de la vida
no me castigues
con el revés de tu infancia
no me olvides
en el galope furioso de tus pasos
déjame nacer
de la noche a la aurora
donde desaprende la melancolía
donde asoma el silencio su mirada
no me condenes
cuando me vaya
en la otra memoria
donde se odia y se ama

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MEMORIAS DE UN PEREGRINO

camina a paso lento
no apresures la corriente de la acequia
no te adelantes a la vuelta y al pulso
malherido de su frontera
y mira sin mirar la sospecha de un conocido horizonte.

camina a tientas
asciende tu mirada piadosa
hacia la fuente más clara
y escucha cómo germina de la tierra
el cortejo de la flor
entre su plegaria y su condena

uno va por la vida
como emprende el peregrino
en su viaje la aventura y su delirio como presagio
por otro camino
uno va por la vida
olvidando lo que alumbra la memoria
olvidando la soberbia de una llaga y su torpe impaciencia
olvidando el consuelo en el vuelo de los pájaros
la condena y la plegaria
innecesaria de un hombre que nombra sin nombrar
a otro hombre

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ARMAR LA HERIDA

arma la herida de la memoria
de tu desterrado corazón ahogado por los espejos
como el alear secreto fugaz de los pájaros
como una nueva casa inhabitable para la soledad y el silencio

arma la herida
para ordenar como un peregrino
la ardua labor de los años
para sostener todavía en su mirada
su mayor desvelo y su naufragio
como una herencia inevitable de tus desengaños

arma la herida
en el pequeño señuelo de un mapa sin gloria
la piel y el llanto inconquistables
conquistables
como explosiva materia de un surco inagotable

ese frívolo e inquieto desandar en la fe de tus pasos

armar la herida
es también crecer con nuevos ojos
y anunciar hacia adentro otro secreto
donde la vida se entiende mejor en sí misma

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LUZ O SOMBRA

con qué quietud va la luz al encuentro de otra noche
otros ojos donde no se sabe si el tigre o la flor con su ternura nos aceche
como un pensamiento abierto a otro consuelo que se consuele

y no se mirará el amor como se mira la adolescencia en ningún otro tiempo
y abrirá de par en par la quietud de tus ojos otro jazmín como un obscuro deseo
y sedienta el agua y enajenada a su remordimiento no nos traerá en su rumor jamás otra pena otros desvelos

con qué inquietud va la sombra al desencuentro de otra aurora
otro ayer donde no se sabe si la clemencia o el tormento con su desequilibrio nos quiebre para verte para no verte
como el olivo herido por el olvido de otro olivo pero siempre ante todo quererte y no quererte

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Paulo Caffo (Amarilis, Huánuco, 1987). Estudió ingeniería de Computación y Sistemas. Miembro asociado fundador y tallerista en la asociación cultural «Sembrando lectores. Cosechando un mundo mejor» desde el 2013. Ha publicado poemas en las revistas de arte y literatura Canto general (Lima), Malón Malón (Buenos Aires) y Delirium tremens (Lima), en los suplementos literarios Librescritura y Aspaviento (Huánuco), en la antología poética 12 Gramos (Trujillo). Obtuvo el primer puesto, en poesía, en el 2° concurso de poesía y cuento «Premio Diario Ahora 2016», de la ciudad de Huánuco. Colaboró en Librescritura y actualmente reside en Lima.

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