Soleida Ríos: arde lo que tiene que arder

(Crédito de la foto: DIRK SKIBA FOTOGRAFIE)
(http://dirk-skiba-fotografie.de/autoren-a-z/r/soleida-rios)




Arcano

                                                             para Luis Lorente.

Abandono.
Detenimiento.
Suspensión.
Lo resistente es el árbol
(guásima, fresno, abedul)
las ramas que sostienen la cuerda
atada al pie
las verdes ramas.
Diríase que a ese muerto, sustraído
no lo soporta una estrategia
(mirar y mirar, ver, entrever
¿qué? desde arriba
caído y, no obstante, por encima
de las líneas de congestión).
Soberano detenimiento. Arde
lo que tiene que arder.
Arde y se apaga.
El que cuelga
puede no calcular
los polos de la frialdad
ni el golpe de una ventolera.
Resiste, pues su manera de hibernar
le da visión.
Ve pasar las carrozas deshilachadas
de los triunfadores.
Ve pasar hacia los blancos cementerios
la cadena de interminables
muertos vivos.
El que cuelga
como mira de frente, ajeno
invertirá los símbolos:
el agua: artificial, la ingravidez: perfecta.
Pero ¿qué es el qué
desde arriba y caído
y no obstante por encima
de las líneas de congestión?
Arde lo que tiene que arder.
Arde y se apaga.
Y en la distancia, confluyendo
en el detenimiento del deseo
la muerte
mas, nunca para reducir.
El que cuelga, cruzado de pies y manos
si despierta, podría beber de sí
podría desplegar desde sí su permanencia.
Pero lo resistente sería el árbol:
guásima, fresno, abedul.




Un poco de orden en la casa


                                                                        Para mi hermana Olivia
 
Esto está oscuro y tiembla.
Mi padre, el padre del que todo lo puede
¿me ha mentido?
 
Yo decía si viro, si retrocedo
muero.
Vi a la gente gritar, vi a la gente
muriéndose, con pan sin nada que ponerle
pero gritando vivas verdaderos
en sus casas de tablas remendadas
caídas ya de frío y de esos vivas.
 
Vi a la gente, esa gente era yo
mi madre
mi padre loco en un cuarto enloquecido
el padre de Renté que no aparece en mapamundis
ni en diccionarios ni en los coloquios internacionales.
Ese que digo no está vivo ni muerto.
Yo lo boté en el secadero.
Las monedas mensuales tiradas por esta mano mía
que no es mía ni es la mano de nadie
a la furia del viento y al camino de El Triunfo.
Me mandaron, ve y tíralas.
Boté lo que era mío.
Más bien boté lo que nunca fue mío.
 
Ahora se dice abajo, en ese tiempo no
en ese tiempo éramos bellos
nos llamábamos bellos, gente con suerte
seres mágicos que cambiaron el rumbo
porque decían amar al pobre no es más que amar a Cristo.
Cristo está en los maderos
 
clavado en una cruz [hizo muchos milagros]
clavado en una cruz entre ladrones.
 
Mi padre, el padre del que todo lo puede
¿me ha mentido?
Sus hijos, los apóstoles, lo van a divulgar.




Último rezo para los ojos del traidor
 
No existirán los pasos que no llegaron a la puerta
no existirá la mano que no toque o empuje
y abra la hoja clarísima
no existirá la voz
como un pez será mudo
como un pez vivirá bajo las aguas
aquel arroz que iba a su boca ya cesó
hilo de cobre será por donde pase el trueno y
tienda una música ronca un sol cortado en dos
 
como una sola vez los grandes animales se perdieron
como una sola vez las raíces del árbol
fueron pobladas por el humo del fuego fatuo
y por el diente de la hormiga
así se irá pudriendo en el camino aquella sombra
aquella sombra el gesto de una mano que fue
con cinco dedos con sus cinco sentidos
con su nombre y su cuchara ardiente
era dirán
en su ojo fijo ya no hay sueño.




Un soplo dispersa los límites del hogar

¿apuntalar al niño alucinado?
¿sacar la cascarilla del vacío
hecha pasta de más de veinte años
en su pasmosa deglución?
¿alzarle el cordón de los zapatos? ¿mostrarle
mira esta es la punta de tu pie
hay un seguro en la punta de tu pie?
todo fue un espejismo los árboles no huyeron
era mentira la velocidad
nadie se fuga a doscientos kilómetros
por hora adentro de tu ojera
mira cómo se agolpa la gente en las esquinas de los parques
oyendo bramar como un bendito al toro que es capado
mira cómo se van en la distancia
las máscaras
en fila
despacio
sonriendo
otra vez a esperar
las píldoras del próximo espectáculo
apuntaste tu corazón para la lluvia era mentira
la lluvia estaba detrás de los telones
compréndelo el mundo está lleno de telones
la casa simula ser la casa y la lluvia simula
y lo que moja el falso techo no es más que fango diluido
pero el cuerpo también —en sus dos aguas— simula ser
el cuerpo era mentira
no hubo padre ni madre sino un cielo prestado
adonde fuiste a colgar unas palabras auxilio
el columpio se mece el planeta se vira de revés
compréndelo
la luz se invierte simula ser la luz
no es el tiempo el que dicta la corrosión de las palabras
allá en el tiempo de los asesinos
un niño terriblemente alucinado glorificó su edad
era mentira
ahora mismo presente pasado y porvenir
se juntan en el vano de la puerta
enséñales la punta de tu pie
son solamente víspera compréndelo
traga el veneno a fondo
el mal simula
el bien simula ser el bien.




[Poemas pertenecientes a la antología The Cuban Team. Los once poetas cubanos, (Editorial Hypermedia, 2016), compilados por Oscar Cruz.]

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(Realización: Marce López Gravina)




Soleida Ríos. (Santiago de Cuba, 1950) Poeta, promotora cultural y escritora cubana. Concluyó estudios de Historia (Profesoral Superior) en la Universidad de Oriente en 1979. Es fundadora y miembro del Consejo de dirección del Taller Cultural (de jóvenes creadores) en Santiago de Cuba, 1974-1980. Desde 1980 pertenece a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. En 1997 recibió una beca concedida por la Fundación Alejo Carpentier por  proyecto de libro El texto sucio. En 2004, el proyecto de libro Antes del mediodía (Memorias del sueño) recibió la beca del  Cuban Artist Fund, New York. En 1996 recibió la Distinción por la Cultura Nacional, por el Ministerio de Cultura de Cuba. Es autora, entre otros, de los libros Antes del mediodía (Memoria del sueño), Ed. Unión, 2012; El retrato ovalado (libro experimental concebido para treinta autoras), Editorial Thesaurus, Brasilia, 2012; y Estrías (Premio Nacional de Poesía Nicolás Guillén, 2013), Editorial Letras Cubanas, 2013. Premio Nacional de la Crítica Literaria en 2014.

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