Miguel Gómez: después de la crucifixión la mariposa
Transhumanismo
Después de la balacera
Después de la cuchillada
Después de las quemaduras y el ahogo
Después de los bosques chamuscados
y los huesos de carbón bajo la lluvia
Después del humo sobre la ciudad
y los bocinazos
y el chirrido de las gomas sobre el pavimento
Después de las luces parpadeantes
y las abarrotadas salas de hospital
y los guantes rojos de los cirujanos
y las prisiones que se desbordan
Después de las balas en la carne
y los pájaros intoxicados en picada
y los oceanos de plástico
y los ríos de aceite y alquitrán
Después de la ballena varada,
y el oso triste sobre el empequeñecido témpano
Después del hollín sobre los pétalos marchitos
y el sol rebotando en los monolitos de cristal
y los embotellamientos
y los trenes infinitos
Después de las chimeneas en el horizonte
y el craneo y las monedas y la espada
en el fondo del mar
Después de la lluvia de acero
y las bombas de racimo
Después de la tormenta y sus vientos de 175 millas por hora
Después de los volcanes y la ciudad petrificada
y los cuerpos de piedra vacía, evaporados hace ya siglos.
Después de la montaña de ropa a la entrada de la cámara de gas
y el fuego de artillería contra la honda y la piedra (franja de Gaza, 2005)
Después de las huellas en la luna
y los ojos de silicio
y las alas de metal
Después de la ruptura del átomo (masa por velocidad al cuadrado)
una ciudad líquida
y un samurái arrodillado
Después del sacerdote
sonriéndole al muchacho que luego le sostendrá el cirio
para convertirse por siempre en el guardián
del sucio secreto de la salvación
Después de la blogosfera
y los millones de rostros sonrientes en el libro vacío
pantalla táctil
llena de entidades lógicas similares a humanos
Después de la rebelión de los molinos de viento
y su marcha implacable sobre los blasones medievales
y Alonso Quijano,
sorprendido por un ataque de sensatez
proclamando a toda voz el obituario a su locura
hashtag el QuixoteHaMuerto
Después que los girasoles hicieran
que los giralunas pagaran por su perversión con la vida
y los condujeran a la extinción
en nombre de un futuro perfectamente lógico y brillante
Después de los puentes caídos
y el nacimiento de las murallas
circunscriptoras de la desesperación y el miedo
Después de que las cambiantes arenas del desierto
apagaran el canto de ruiseñor
y el murmullo del agua sobre la piedra
Después de la crucifixión de la mariposa
belleza inmutable
flotando cuidadosamente al centro de la lanza
Después de las campanas de la catedral
la rueda dentada
los cigüeñales
las locomotoras
los postes de luz
Después de los puentes colgantes
las lineas del tren
y la noria
Después de los cañones y los cohetes gigantes
y los telescopios
apuntando siempre a la dirección equivocada
Después de tú y yo
Después de nosotros y ellos
Existen
después de todo esto
en la profundidad del algoritmo
el orgasmo
el embrión
el niño.
Baptistina
Un par de milisegundos antes del impacto
Caen unos trozos de cristal azul sobre el asfalto
Que espejo se habrá roto ahora? Me pregunto.
Una luz blanquísima
sobre la superficie de uno de los fragmentos
me sume por un instante en la más profunda oscuridad
Miro entonces hacia arriba
y allí sobre mi cabeza estaba
aquel extraño charco de estrellas
y un pedazo de sol roto.
Orgía
….pués allí estaban,
Romeo y Julieta
Isolda y Tristán
Tristán y Julieta
Romeo e Isolda
Isolda y Julieta
Tristán y Romeo,
confundidos los cuatro
en todas las posibles permutaciones
de la rigurosa geometría del deseo.
Miguel Gómez nació en la Habana en 1967. Estudió ingeniería en Telecomunicaciones. Escribe poesía y aunque no ha publicado aún, tiene un poemario en preparación del que se ofrece al lector estos textos inéditos. Vive actualmente en Chicago, USA