Liyanis González Padrón: en su lejano origen de las cosas



EN EL NOMBRE DE UN POETA

Un animal anda suelto
en el inmenso torrente de las noches

en su mirada
todos los relámpagos

en su saliva
el hedor que se vierte entre las bestias

un desfile de espantos
revela sus oquedades

El animal canta

usurpa el nombre de un poeta
como germen de la luna en otros tiempos

su voz asoma a medio siglo
para parir un verso
mientras sigue avivando sus reclamos

El animal se multiplica

en su monstruosa lengua
deforme
y perturbadora lengua
bulle aquel crimen cometido

El paraíso promisorio
de sus muertos
ha de sobrevivirle al mal de su locura



UN SECRETO NO BASTA

No he de mostrarme al mundo

Una vida sofocante
y de súbita sordera
se abre fuera del tiempo
del que nada conozco

Sostengo:
la ignorancia puede parecerse
a una lapa nocturna
a un campo de gravilla
donde se planta un árbol
con la raíz al aire
y sin aire

Nadie sabrá
que he previsto el ruido de mis blasfemias
que de mi muchacha hice el engaño sutil
de la Revolución más alta

No tengo que cambiarme el color
el lenguaje animal
para que en la carne
me habiten los infiernos

Seré yo quien llore sobre mi tumba

Casi anochece

Un secreto no basta.

Un poco de luz, sí.





JUEGO INOCENTE

Un hombre habrá de situarse
a la distancia del bosque
y del aserradero

(me he obsesionado tanto
con su inocencia en esta página)

… no hay nada que temer

Reescribo:

Un hombre habrá de situarse
a la distancia del bosque
y una mujer copulará con él
hasta hacerse fugaz entre los abedules





ARBITRAJE

Es la hora del hombre destruido
ya no habita el tiempo
que alguna vez rozaba mi capullo

no agoniza
en mi tempestad casi perfecta

entre mi nombre y su suerte
duerme como suicida
en soledades

encierra en su reloj
las cien cabezas de moscas
los signos
las plegarias

tantas veces me detuvo
en las formas de mi error
en el juego deprimente

su cabeza agitaba
un solo pensamiento
-una cifra que a alguien le debía-

no habrá redención
para su gran ojo de buitre

fue tan débil su jugada
que no me queda
ni un rastro de su abismo





MIGRACIÓN

Me confundo
en este ciclo de no saberme

Me vacío

En el compás misterioso
de las palabras
brota un vuelo distante entre las piedras

Alguien me dice:
-átomo de niña-
la gente crea sus propias auroras

y yo arrastro mi miseria de poeta
a un viaje con rumbo hacia la nada




[Yo despido al hombre]

“… de adiós, vestir, cubrir
su feroz desnudez de despedida…”

CLAUDIO RODRÍGUEZ


Yo despido al hombre
en la sombra escogida de su tierra

Regresará a algún camino
pienso
cuando sus ojos encendidos eran luces
y amó por primera vez a una muchacha

Ahora
la vejez es equilibrio
que amenaza su impulso accidentado
la memoria le triza el horizonte
y no puede callar su ruido de finales

por eso solloza
no duerme
regurgita
promete el jardín que nunca tuvo

Yo despido al hombre
en su lejano origen de las cosas

Asumo
la picadura de este poema
en su frasco de opio inofensivo
la prueba
es que le devuelvo su ciudad ambulatoria
el paso detenido en medio de la plaza
la caída de agua limpia en sus canales

Adiós

el tiempo saltará en sus trampolines
el engaño ha de escribirse
como el hambre
que se envuelve en los periódicos




JEROGLÍFICAS

A veces
yo miro las palabras
y les pido que escriban lo posible
por ejemplo
la vida de un hombre
que se queda sentado
hasta su muerte
con una muchacha altiva
entre sus piernas

Entonces
las palabras me miran
y en su hambre animal
de territorios
-en la agobiante fe de mi utopía-
liberan sus cuervos
que sin un sólo graznido
con sus ojos puntiagudos
rasgan la blanda pena de mis asnos







Poemas seleccionados por la autora del libro: Bajo la dulce agonía de la piedra (Recopilación inédita 2017-2019)





Liyanis González Padrón (Pinar del Río, Cuba, 1971). Es profesora de Literatura, autora de textos educativos y examinadora académica del Programa de Diploma para el Bachillerato Internacional. Vive en Quito, Ecuador, por más de veinte años. Es autora de los libros de poemas: Estaciones de sombra (2005), Cofre de alquimias (2008), Cambios de nombre (2012), Papeles nocturnos (2016), y Bajo la dulce agonía de la piedra (Recopilación inédita 2017-2019). Sus textos aparecen en revistas culturales de Cuba, Chile, Ecuador, Brasil, Estados Unidos, México y España. Poemas suyos han sido traducidos al inglés, portugués y francés; y publicados en las Antologías Nueva poesía y narrativa hispanoamericana del Siglo XXI (2016), Paralelo Cero (2013), Poesía Joven (2012) y Cascada de Flores (2008).

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