Peter Boyle: la tristeza de ser árbol
The tree’s ambition
A tree with the deep ambition of becoming an ant: long evenings in night school, first attempts at rapid movement, countless resits of Thinking like a team (Business Studies 5071).
One day the tree realises: becoming an ant requires the perfection of smallness. The tree would start by concentrating its being in a single leaf, a dry leaf, preferably, scored with old wounds. Next it would work on narrowing its life span, ideally to no more than a few intense hours.
The tree thinks: living like an ant means living inside death – so much industry, endless conferences on collaboration, decisions taken in micro-seconds. Death as a name for a species, a destiny.
Here, inside its bark, watching a tribe of ants, unable to join their purposive non-stop rush hour. The sadness of being a tree. Its branches fall back around it like a song of defeat. “Farewell boys, comrades of my dreams, I must sleep with my silence. Always trying to mouth the one green syllable, condemned to the dunce’s chair. Me and my eternal shadow. My inability to organize a planet.”
La ambición del árbol
La ambición de un árbol por ser una hormiga: todas esas tediosas tardes en la escuela nocturna, algunas tentativas de moverse rápidamente, estudiando repetidas veces. Pensando en equipo (Estudios Empresariales 5071).
Un día el arból se da cuenta: volverse una hormiga requiere perfeccionar la pequeñez. Primero que todo le gustaría concentrar todo su ser dentro de una sola hoja, dura y cicatrizada, y después tendría que hacer su vida más y más breve, pero mejor esas horas intensas, nada más.
El árbol piensa: vivir como una hormiga, se trata de vivir dentro de la muerte, tanta industria, todos esas conferencias interminables sobre colaboración, decisiones tomadas en milisegundos. La muerte como nombre de la especie, como destino.
Aquí dentro de la corteza, viendo una tribu de hormigas, y no poder participar en su interminable hora pico. La tristeza de ser árbol. Sus ramas se derrumban como la canción de una derrota. “Adiós muchachos, compañeros y compañeras de mis sueños, tengo que dormir con mi silencio. Balbuceando una sola sílaba verde en la silla del zopenco. Yo y mi sombra de siempre. Mi incapacidad de organizar un planeta.”
Towns in the Great Desert
What mattered most in the dream
was the quality of blue in the water
so that it wasn’t about the naked young man, my rival,
doing handstands and backflips into the canal
or any wince of pain from contemplating in reverse image
the hammered remnants of my own body.
Like the perfect alignment of sailboats on a blue sea,
between the world and the world
the canal made a corridor
for whales and the white refuse of icebergs
to drift between familiar department stores,
the takeaway, the news-stand and the corner pub.
Suddenly how far away from death I was,
standing alone and speechless
before the waters of the sky,
this proof
that the depths go on shining.
Ciudades del Gran Desierto
Lo que más importaba en aquel sueño
era la intensidad del azul en el agua.
Entonces no se trataba de ese joven desnudo, mi rival,
haciendo el pino o volteretas hacia atrás en el canal,
mucho menos algún gesto del dolor de contemplar una imagen invertida
de los añicos martillados de mi propio cuerpo.
Como el alineamiento perfecto de veleros sobre un mar azul,
entre el mundo y el mundo
el canal creó un pasillo
para las ballenas y los desechos de los témpanos
para que fueran a la deriva
entre los grandes almacenes,
los restaurantes, quioscos y bares locales.
Repentinamente me vi tan lejos de la muerte,
solo y sin hablar
ante las aguas del cielo,
eso prueba que
las profundidades continúan resplandeciendo
Why the Minotaur is Always Sad
So many years underground,
his head dizzy from bumping all those memory-clouds.
Always to be the centrepiece
of someone else’s puzzle.
His endless consumption of women
didn’t help much.
And so this morning he has arrived in his kingdom:
a wise gathering of rocks,
a little girl trying to paint flowers on the pebbles
but the waves keep washing them clean,
his chair opposite the ocean,
the tree with its gaze that says
“I too have lived elsewhere.”
Por qué el minotauro está siempre triste
Tantos años bajo tierra,
mareado de tanto darse en la frente con nubes que son memorias.
Día tras día ser el centro
de un rompecabezas ajeno.
Su consumo sin tregua de mujeres
no le servía de mucho.
Así que esta mañana ha llegado a su reino:
una sabia concurrencia de piedras,
una niñita que intenta pintar flores encima de los guijarros
mientras las olas una y otra vez los lavan,
el trono del Minotauro frente al océano,
el árbol y su mirada que dicen:
“Yo también he vivido en otra parte”.
(Traducciones del autor, poemas seleccionados de varios libros)
Peter Boyle nació en Melbourne en 1951 y se estableció en Sydney a los doce años. Ha trabajado como maestro y viaja con frecuencia por Asia, Europa y América. Ha publicado los siguientes poemarios: Coming Home from the World([Sydney]: Five Islands Press Associates, 1994); The Blue Cloud of Crying (Sydney: Hale & Iremonger, 1997); What the Painter Saw in Our Faces ([Sydney:] Five Islands Press, 2001); Museum of Space (University of Queensland Press, 2004) y Apocrypha (Sydney) Vagabond Press, 2009). Su poesía ha merecido prestigiosos premios australianos, incluyente el Queensland Premiers Award for Poetry (2010), el South Australian Premiers Award (1998), NSW Premier’s Literary Award (1995) y el National Book Council ‘Banjo’ Award (1995).
Tambien ha traducido al ingles algunos poetas hispanoamericanos y franceses, entre otros, a Federico García Lorca, César Vallejo, Eugenio Montejo, José Kozer, Jorge Palma, y Pierre Reverdy y René Char.