Eduardo Herrera: morir la muerte de los otros





trámite del feminicidio

la HEMBRA espera al macho,
de cuclillas calienta un huevo,
calienta y hunde su respiración .
prefiere un cuerpo pobre la mujer pequeña
soltera,
virgen,
madre,
más bella que un cuchillo sin astil/sin punta.
fascinada del mundo —explícita en la espera—
se bañará el sábado
con aguas de domingo.
del masculino personaje todavía sin nombre
la madre inquieta —diferente en todos los contextos—
aprende de golpe el aguarrás sin rostro.
se agita en la paciencia
sigue el camino
crepita su levedad de bruces bajo el macho.
entra en la habitación/no quiere comer nada
lista a morir la muerte de los otros.


ceniza de vacío

es triste estar aquí repartido en el paisaje de las habitaciones
hay frío de aleluyas!!!
no hay puertas???
no hay pájaros que hablen!!!
es triste estar aquí repartido
en el filo
en el tiempo que amarra un gato en (sobre)salto.
hubiera querido ponerme en libertad.
descuartizar la última intemperie.
leer mi poesía que no le gusta a nadie
una vez en agua
otra en los cerrojos
siempre en la huella de mi copa.
es triste estar aquí
yo y los cristales del (lava)platos
yo, desnudo por el alcohol
yo y el efusivo salto que me pateó la boca
am(puta)do porque todavía no planté una vela.
es triste
fumar en los rincones
una montaña de candelas
correr con la garganta
correr pisos-calles-ombligos trapecistas
y dejar a mis muertos que nadie toca
percutir como teclas unidas de una forma extraña.


limpio como papel de china

yo quería estar límpido como papel de china, como una china pequeña en el papel, que no
sé porque llaman de china si lo fabrican en USA.
eso quería cuando la improvisada escalera que formaba mi escritorio contra la pared me
llevó hasta la venta, la misma que ya todos conocen.
cuando estás frente a una de esas no hay remedio posible,
sea lo veas del otro lado, aguantas la respiración y la forma que fuiste: papel de china
americano, flotará en el aire junto al silbido que solo el gato escucha.


mi historia no es de nadie

mi madre había elegido una yegua desnuda
para su último desfile y no supe seguirla,
te lo digo porque estoy sobrio
y no quiero confundir precariedad con instante,
busco algo más que una breve tregua para esta historia,
con suerte encontraré alguna fotografía
donde a mi madre le crezca el pelo
mientras cabalga una yegua desnuda,
con mucha suerte también a mi me seguirá creciendo
por eso actúo como si mi cuerpo fuera un préstamo,
me quedó grande porque no decía Made in You,
no bastará un alargamiento de horas,
no bastará con un implante de cabello de yegua,
siempre será la talla de otro.
la soledad tiene cabeza de perro,
memoria de perro, mordida de perro,
cuerpo de perro XL,
siempre me quedará grande
porque no dice Made in You: limited edition,
y hablo y me arriesgo y sumo con indiferencia
las libras que me faltan para vivir esta utopía,
incluso con un buen paisaje fotográfico
que devuelva la memoria de mi madre en su yegua
se necesitarán algo más que un tratamiento capilar
para no romper la narrativa,
por eso prefiero (ser) en total indiferencia de todos
como perro que ladra y nadie escucha
—no pregunten porque lo hago—
ladro porque ladro
tal cual ladró mi perro su cansancio en cuatro patas
aunque llegara a entenderlo
no lo explicaría,
seguiré ladrido-a-ladrido conmigo mismo
donde pueda
y si un día no encuentro el camino de regreso,
ladraré bajo para que nadie lo escuche,
para seguir en silencio la yegua desnuda del último desfile,
que en algún momento me superó y que por ahora no soy capaz de entender.


sueño del parto imposible

sueño con un hilo
que me sale de adentro,
un hilo
como vertebras-arácnidas.
es hilo en movimiento
hilo húmedo,
sobredosis de una menstruación imposible,
late y transcurre en la punta de hilo
la ausencia de la mujer que soy.
pero la verdad es implacable,
libre,
hasta el punto que te aprietas el vientre
y el hilo que sale de ti
no ha nacido nunca.
hay días que no me acuerdo lo que soy
y sueño,
sueño en las habitaciones y eyaculo,
eyaculo y sangró
un poquito como un hilo frente a la multitud,
con los brazos abiertos de suicida
eyaculo,
la eyaculación es el parto de los hombres
y ese insólito-premeditado-milagro
—será—
la única cosa real que me acompañe.

Eduardo Herrera Baullosa. La Habana. Cuba. Médico especialista en Bioquímica es un Poeta y Narrador cubano radicado en los Estados Unidos de América. Obtuvo el Primer premio en el concurso “Oscar Hurtado” de poesía fantástica 2010 (Cuba. Finalista en la categoría poesía en el concurso “Premio David” de la UNEAC (Cuba) y también finalista del “Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar” (Cuba). Ha sido publicado en Cuba, México, Estados Unidos, Brasil y España. Ganó el primer premio del “Concurso Internacional de Poesía El Mundo Lleva Alas” en su edición de 2016, que auspicia la editorial “Voces de Hoy” (Florida EUA).

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