María Ares Marrero: de lo blanco que trunca la raíz
LAS HORAS
Escucho palabras en las horas
en el hedor del humo
donde la carne oculta su velo de repulsión
mente incubadora
presumo
que acaso mata el que muere
con su bocanada de lo abrupto
quién quiere que escriba
minuto a minuto
la historia de la nieve
la sombra de lo infinito cede
hirsuta sed
cobre blanco que desprende
un festón oscuro en mi interior
que muerde
Quiero decapitar la historia
de las horas juntos
sin más fe
que un silencio mundano,
absoluto
que ahora me tiende su mano
me pisa el alma
con los pies
como se aplasta la vid
para extraer el zumo.
FRAGMIENTO
(Estadísticas aseveran que todos mentimos un promedio de tres veces por día)
Desde Platón a Maquiavelo
Epiménides de Creta
Kant o Galileo
no hay condición humana o paradoja
que desdiga
la verdad de un juramento.
Miente el rayo y en su intento
de afilada caída
penetra la nube
despoja sus excesos
hace sortijas
hiere el mar
sus bridas
miente el árbol al sediento
que se yergue
mientras su raíz se pierde tan dentro.
Miente el alba
en su diálogo con el preso
el ojo de un barrote deshecho
y mienten los pájaros de la noche
que convierten el cielo en bóveda
insomne…
Me aplasta tanto peso
El tiempo con su brazo letal
el ámbar con su raíz oscura
encerrada al azar
debajo de su resina dura
translúcida
que nos devora, nos usa.
Miente el Kintsugi con su supuesta virtud
de reparar sus ligaduras de metal
miente la luz de las fracturas
disimulan
el aforo, el poder de un cuenco roto
miente el oro
como mienten los lazos de papel
acusados de romper la libertad
el aborto y el decoro.
Miente el raso dueño del jazmín
su olor en el jardín
de huella colosal
las arenas movedizas bajo el misil
se llevan infinitas vidas
redil
al cobertizo en que los muertos
mienten
para desbrozar con una frase sutil
el horizonte
cotejada en la fase pre-verbal
la mentira está en cada Hombre
Así, miente el aprendiz en su anhelo
por querer vivir
de profetizar
miente la inquietud del universo
con su eternidad
los apotegmas en todos los idiomas
mienten las copas llenas
con su apariencia de racimo
con su aroma del delirium tremens
hasta las palomas cuando cagan,
mienten
Miente esta silla pedestal
que todos temen
con su marcha nupcial
¡Mienten ustedes!
Miente el recuerdo y miento yo
en mi condición humana
miento de la noche a la mañana
cuando beso,
la sal intacta de tus huesos.
CREDO
Soy esa a la que hablo
para que se cuide de mí
de los milagros
del brillo del cartón
de los husos horarios
de esa definición atroz
de credo
que destroza los labios
de la palabra
de la doctrina
del murmullo en la vitrina
de las fauces del sueño recurrente
donde un girasol vuelve
en lo equívoco de un verso
como astro violento
hablo con la que se regodea
en su atrio de ilusión
en el soplo del candor
en la argucia de los atuendos
en el arte de morir
con el cordón del frenesí
al cuello
Es a ti a la que prevengo
de la memoria cicatriz
del linaje fatal del espejo
de la Elegía al Lucumí
del aullido del cencerro
del látigo extraviado
del señuelo que pone la culpa
gusano que sorbe tu cuerpo
Cuídate de la reconciliación
de doblar la cerviz
de lo blando que truca la raíz
de la morada de lo Eterno…
Huye del barco que zarpó
del viejo timonel
hastiado de todos los puertos…
Mece el follaje de tu propio credo
quema el oropel
adorna tu almohada con el fragor
de la mariposa en el jazmín
vuélvete constelación en el atril
infinito es él son de los hombres que no fueron.
Entre vivir y morir
está todo el abecedario
laberíntico de lo horrendo.
CONVERSACIÓN
(con un árbol seco)
I
Sale el sol. No es una metáfora…
Berlín invadido, contento
frente a la ventana luz
atraviesa un árbol seco…
sus hojas reverdecen
cierro las cortinas
el sol miente
mentimos
en plural el verbo
miento cuando digo libertad
soy ese árbol con raíz al viento
y me creo el adalid de la verdad
que arde sin matiz, heraldo negligente
por los siglos de los siglos
no hay amén que me contente.
II
Conversación,
con dioses que mienten
con congruencia senil
condena en las cimientes
quién dice que somos similares…
dice que somos diferentes…
Virgen María, Virgen del Carmen
expulsada del Paraíso fui
bienvenida al Purgatorio
latente del vivir en las fauces abrumadas de la gente.
Pienso, luego soy vulnerable
a esta espuma gris, irreverente.
al hambre insaciable disfuncional
a la sed descomunal de tanta gente
condenada a llorar,
a no reír
en esta ribera turbia
soy igual a los demás
pero mi acento, divergente
III
Añoro el mar
con sádico disfraz
mendigo de oceánica ansiedad
¡todos saben que mentimos!
en plural y en singular
Mienten los árboles
tanto como mienten los amigos…
Con su infalible Arte de reloj
miente el pinchazo que me desfloró
el vuelo del zorzal
el advenimiento de un instante
genuino
el no saber vivir
ni contigo ni conmigo.
IV
Violencia brutal
de no haber sido bienvenida
perpetuidad de mi lengua natal
de la yoruba
de las lenguas nómadas que humillan
Vientre morado
se abrió tu sutura débil,
el adiós
a Cuba
nueve piedras en el tronco
visceral de la cordura
una gala, en alemán, podrida, dura
horno de aprendiz
fruto de un alma que supura.
Ofrezco perlas y palabras
tormento nacarado
se hace agua
buena fe
lágrimas
ojos llenos para sentir el mar
deploro
el mediodía difícil en mí…
su cerrojo
el árbol que asusta mi acera
al que se acerca le hace marchar
como una vieja rusa, portera
V
Destierro bendito…
nacimiento eterno
dádiva, regalo de invierno
el árbol de la ventana miente
sólo hay un pedestal
para el falo de un obrero
que golpea en el metal
en mis entrañas sin fuego
maldito ADN alemán
veneno en mis adentros
de palabras triunfales
están repletos los espejos
ritos corales,
vastedad de la oración descomunal
violencia esta adicción
la unción
vine a succionar la indecencia del mundo
a debatir sobre el tallo de la mentira
raíces y yerbas,
encuentro esperado donde reencarna
lo desconocido,
inmundo
Que suene entre mis paredes
en cada uno
mi soledad de cangrejo,
arruina la salud
y da vida a lo viejo
Bienvenido el crítico
como a Susskind
me hace infalible verle tranquilo
y feliz.
ELEGÍA a la SANIDAD
(Sobre intelectualismo vacío)
¿Qué es lo que deseas?
Nunca te he preguntado,
más allá de tus anaqueles llenos
y el pulgar errado.
Tanto libro en el altar
tu trastorno eréctil
el Hado
endiosado el rictus al hablar
niño viejo y acabado
listo atleta de la crítica
que sueña con el cigarrillo en mano
y descifra la holística totalizante
ante Jaspers conglomerado
texto tajo de mirada afilada
sobre el paño,
sobre lo que otros hicieron
cuando hundieron su mano
en la masa del pan
en el tributo al viento
discurso, catalizado hedor de mesa servida
público de cuatro gatos
que alaba el solo de tu partida
la Teología sin Bungalow
percha y costado
de un instante que madura
se descompone en blanco
otoño embelesado con su color de vacío
resulta inútil creerse sabio
saberse modestamente blando
sabio al alimentar el sabor amargo del agravio
de la soledad sublime del gato
la partitura del saber y saber y saber
saber inconmensurado
la palanca para levantar el orbe
puntos infinitos de aroma
desierto repleto de granos
de arena víctima de ti mismo
inconsciencia sin victimario…
El silencio pesa
el sueño pesa estéril en tu armario
el de viajar en una barca que se hunde
entre raíles y andamios
donde detonan las gamas de tu abecedario
acróbata de la palabra, chirrea la soga
en la solapa del muestrario
anillos de cenizas soles negros
sobre la vitrina un pomo sin erario
La nada sopla…
y se me ocurre, me atrevo a inquirir
si no sería mejor sembrar una planta cualquiera
respirar el brote de una diminuta hoja
que florezca en todo su color
el tallo, el pétalo, la flor,
aunque después se muera.
Tal vez después flotar.
(Estos poemas seleccionados por la autora pertenecen al libro inédito Berlinario)
María del Carmen Ares Marrero, La Habana, 1962. Es licenciada en Artes Escénicas con especialidad en Teatrología y Dramaturgia. Estudió dirección de Teatro y Cine en Moscú. Vive en Alemania desde 1993. Ha escrito poesía y teatro. Su poemario Berlinario aún permanece inédito. Desde la década de los 80s, poemas suyos han sido publicados en varias revistas culturales.