José Kozer: la intemperie y el pespunteo de la luz
PAREJA INMORTAL
Me quedo. A la tarde puede que jueves, llovizna,
aquél diría garúa, París
cerrado a cal y canto,
calles desiertas, la
Rue du Bac donde
pasamos una semana
en un hotel de mala
muerte, escúchala,
Calaca, Lechuzón:
termino aquí, malva
y florezco.
Vamos a sentarnos entre la alta hierba, cola de
zorro y nébedas, no
estornudar: entre
revientacaballo, abrir
el termo, servir para
dos como si fuéramos
dos tazas sin asas con
manzanilla hirviendo,
combatir el calor con
calor, échale unas
gotas de esencia de
azahar, camisa de
mangas largas, nunca
se sabe lo que hay
entre la hierba tupida
y alta, calar gorra de
visera contra el sol
que declina y todavía
quema: primero el
verde de la hierba
que empieza a
amarillear se lo
come la noche, luego
el negro de la tierra
deja de oler, y por
último quédate quieta,
supina en lo indoloro,
el gris de la ceniza en
urna o tibor de hojalata,
por unos pesos más
una urna de porcelana
nívea, nuestros nombres
enlazados en un ideograma
compuesto de caballo y
geranio: de la cocina
llega un aroma a
agavanzo.
El geranio en la tela estampada de tu vestido de
verano, escotado: y el
caballo medio asustado
en su último caracoleo
a tus pies me enarco
suelto la brida montado
a mujeriegas sato yo tú
fletera entre las altas
hierbas flamea tu
vestido floreado mi
vestimenta ojeras,
ojales deshilachados:
abandonad toda
esperanza. No queda
una gota de manzanilla
en el termo Oh vosotros
los que entráis. Las
tazas sin asas una
encima de otra, las
lave la lluvia, ahí se
queden: supina tú,
prono yo.
Nos asomamos: si te parece nos asomamos a ver
de qué se trata, ancho
alféizar, tres macetas
de geranios, el caballo
nos da la espalda,
grupa amplia, alza la
cola, suelta cagajón:
contempla (contemplamos)
la barquichuela que se
acerca, toldilla azul, su
nombre varía, varía su
género. Todo depende
del idioma. En hebreo
lo sabemos, en yidish
y griego clásico, en
demótico lo sabremos
en su momento para
nuestro desconocimiento:
viene con un descuento
del 10% si se paga al
contado, el nombre
substituye el
acontecimiento, verdad
(Emet) en yidish (Emes)
se funde con Met en su
primero sueño.
CAMINO DE PERFECCIÓN
Tras un tiempo de silencio bajó al pueblo, analfabeto
(él) y (él) simplificado:
nada de arquetipos ni
de paradigmas, todo
concreto: hilado. La
luna le brillaba en los
ojos, iluminaba el
cuarto con tres
lámparas de aceite
colgadas del cielo
raso, hurones y
marmotas (una
huerta) en el patio.
Leía bastante,
apuntaba
(¿apuntalaba?) no
sabe qué asuntos
en gruesos cuadernos
de lujo que le regalaban:
su piel, destellos; rostro
atezado, el cuerpo
erguido, en verdad
enhiesto, carecía
de edad, sus efélides
llevaban nombre de
estrellas, Alfa del
Centauro, Aldebarán.
Algol. Y Sirio.
Antares, ininteligible, Vega ya envejecida a su envejecido
lado traqueteando
todo el día por la
casa, a la noche
lastimera a causa
del insomnio.
Qué felicidad enterarse que Saigyo meditó, hizo zazen y
poesía, retirado cerca
de O’Hara (él también
pasó horas felices en
O’Hara): nada más
concreto que Saigyo
meditando en su retiro
del Monte Koya, en
el patio el vívido hurón
y la marmota que
consideraba sin
duda una broma
de Dios. A veces
se sentaba a
oscuras en su
habitación a bojear
in mente (aparente)
la Isla de Cuba, por
Maisí: se perdía o
se quedaba viendo
una película de
vaqueros (cine
Santa Catalina)
o un juego de
pelota (Almendares
contra Marianao,
domingo).
Nada es inmortal. La roca es un pedrisco, pellizco
de arena, qué dicha
irse a caminar, la
cachava de roble
retorcida, sierpe
y caduceo, el pétaso
aligerando los caminos,
pies a lo Aquiles ligeros,
era su dios favorito el
pilluelo de Mercurio,
en el fondo más bien
casto, aquél que
bendijo a Baucis y
Filemón, dos fuentes
y un árbol, entrecruzadas
sus retorcidas ramas, la
enramada un último
conato.
Pensaba por qué no que bien podría formar parte del
cortejo de Dioniso, ser
ganado, ovejo y vaco
de la manada, ternero
del rebaño. Y reía. Su
mujer se asustaba
(orate, orate) le tocaba
a la puerta de su mansión
(interior) lo cogía por el
brazo, le daba de vez
en cuando un buen
tirón de oreja, lo
zarandeaba antes de
sentarlo a tomar las
gachas calientes del
desayuno: mediodía.
Carecía de horarios.
Qué alegría la intemperie
y el pespunteo de la luz,
ni galernas ni temporalidad.
Alejarse de la montañla y
de la cumbre, el arquetipo
del Sabio. Y quedarse en
el llano (cantar la llanera
venezolana que mucho
lo emocionaba, Polo
margariteño): simple,
chano chano. Ni vigías
ni torres del homenaje,
nada de almenas,
retruécanos, sillares,
nada de saeteras. Y
volver a sentarse en
el suelo como aquellos
sefarditas a esperar la
Muerte. Y jugar damas
chinas con la hermana
pequeña mientras la
madre, sombra y
corpulencia los
observa.
SATORI
El
golpe
de
la
luna
iluminó
para
siempre
sus
ojos,
no
la
mirada:
cuanto
tenía
a
la
vista
desaparecía
tras
la
cara
oculta
de
la
luna.
JOSÉ KOZER. (La Habana, Cuba, 1940). Es hijo de padres judíos, emigrados a Cuba, el padre de Polonia, la madre de Checoslovaquia. Vive en USA desde 1960. Enseñó español y literatura en lengua castellana en Queens College, CUNY, de 1965 a 1997. Reside en Hallandale, Florida. Su obra ha sido traducida parcialmente a diversos idiomas, con libros en ediciones bilingües al inglés, portugués y ruso: ha sido publicado en numerosas revistas y periódicos, a la vez que ha sido estudiado en diversas tesinas y tesis doctorales. Entre sus últimos libros se encuentran Bajo este cien (dos ediciones, en México y Barcelona), Carece de causa (dos ediciones, Buenos Aires), Ánima (México), No buscan reflejarse (La Habana), Farándula (México), Tokonoma (Madrid), Índole (Matanzas, Cuba), De rerum natura (Sao Paulo, Brasil) y dos libros en prosa, Mezcla para dos tiempos y Una huella destartalada (México, Editorial Aldus). Visor editores de Madrid publicó una amplia antología de su obra titulada Y del esparto la invariabilidad; Monte Ávila Editores de Caracas publicó otra antología, Trasvasando. Es autor de 96 libros de poesía. Ánima ha sido publicado en Inglaterra en edición bilingüe (español/inglés) que tradujo el poeta australiano Peter Boyle, quien tradujo asimismo su libro TOKONOMA publicado en español en Amargord de Madrid, y que apareció en Shearsman en edición bilingüe y en una segunda edición sólo en traducción al inglés. Recibió el Premio de Poesía Pablo Neruda del 2013. Fondo de Cultura Económica publicó una retrospectiva de su obra titulada ACTA EST FABULA a finales del 2013, y Lumme editorial (Sao Paulo) publicó su poesía casi completa en 2017 bajo el título de NULLA DIES SINE LINEA. Es MONTGOMERY FELLOW desde el 2017.