José Ángel Cilleruelo: nombres sin alguna letra
TAPIA CON MIRLO
Yo, pensándote. Tapia
cubierta por la yedra con un mirlo
en lo alto, desconfiado, inquieto.
Maduran las cerezas y los nísperos,
pero la piedra insiste en su grisura.
Puerta, luz oxidada,
hierro que nadie cuida. Yo, sabiéndote,
mis zapatos de charla con guijarros
que sepultan las malas hierbas. Cruces,
flores marchitas, nombres sin alguna
letra. Yo, presintiéndote.
RETRATO DE CAMPESINO DESDE EL SENDERO
El heno recogido. Las yeguas irritadas.
Ladridos de los perros. Gruñidos del cerrojo
del portón al cerrarse.
En la frente las gotas de sudor, de humedad,
de incertidumbre. Lonas sobre el carro, las palas.
El cielo tan oscuro.
Los postigos sellados. La memoria despierta.
El temporal se acerca desde el oeste. El trueno
lento alcanza al rayo.
Los goterones pintan lunares en la tierra
pálida, leve, limpia, asustada. La lluvia
hace temblar las tejas. Igual que en el amor.
TRES VIÑETAS DE GEORGE GROSZ
Bosque de las luciérnagas,
sonata que ensayaba a su regreso
de la escuela en invierno, cobertizo
donde se oía el tren cada mañana
camino de Berlín.
Maleta
atada con correas, niebla, luces
a lo lejos de pronto allí delante,
dos bocadillos, zumo, con las señas
de una calle en Berlín.
Tranvías,
una carta de recomendación
que no tiene. La espera, un balde roto.
Asentir a un susurro en el café
es fácil en Berlín.
Caricias
que capturan luciérnagas.
[Poemas seleccionados de Tapia sin mirlo (La Gruta de las Palabras, 2015)]
José Ángel Cilleruelo nació en Barcelona, en 1960. Ha publicado los poemarios: El don impuro (1989), Maleza (2010), Tapia con mirlo (2014) y los poemas en prosa: Glería de charcos (2009), Vitrina de charcos (2011), Becqueriana (2015) y Pájaros extraviados (2019) .
En narrativa ha publicado: El visir de Abisinia (2001), Trasto (2004), Doménica (2007), Al oeste de Varsovia (2009), Una sombra en Pekín (2011) y Ladridos al amanecer (2011). Y la prosa memorialista: Barrio Alto (1997) y Almacén: dietario de lugares (2014).
Mantiene la bitácora de creación El visir de Abisinia.