Ivette Díaz Espín: una soledad encima de la mesa
Wild is the wind
You touch me
I hear the sound of mandolins
You kiss me
With your kiss my life begins
La resolución inmediata del deseo siempre es seguir deseando
obtener el objeto de deseo
significa querer más
Entrar y salir / salir y entrar
( no soy digna de que entres en mi casa )
Quedarse dentro es el final equivocado / Tus dedos son las llaves para abrir todas mis puertas
¿Acaba la ecuación alguna vez?
Hemos jugado un juego sin que supieras qué has jugado
/ Tus manos han entrado para partir todas las bisagras
Pude morder la linea plateada que rodea tu cuello, ¿sería eso suficiente?
We are creatures of the wind
Pude lamer la linea irregular que cerca tus palabras, ¿no es eso suficiente?
Give me more than one caress
/ Salir y entrar, con la llave en cada dedo de cada mano
Seguir jugando como simulacro de conquista:
Colonizar la linea de aire de vuelo del pájaro del canto del ave
seguir jugando como declaración:
No existe la libertad en el territorio empantanado de un deseo
***
Es una dinámica de caza
En la que el cazador busca la oposición al viento /
Para que el aire no lleve consigo el olor de su hambre
Cuando pasamos la puerta cada uno deja una soledad encima de la mesa, nos sentamos
Soltamos todas las palabras que podemos antes de dormir
para poder dormir livianos
Y si dormimos o no dormimos…
No passa res
¿Hay en nuestras lenguas un bálsamo en contra del silencio?
( Mi hambre es un secreto esparcido encima de tus mesas )
La cabeza que acaricias la espalda del cuerpo horizontal es el lomo de una zorra dormida
en reposo
El tiempo está recostado encima de las sillas / tu pulso se ha acelerado,
Conejo
Cazar a Viento de cara
¿En qué dirección soplará el viento la próxima vez que tus manos (…) ?
***
Rogativa
Llévame a donde haya luz amarilla, déjame donde está la luz
Ahora tengo la punta de la calle llena de palomas y una rambla que de noche me lleva a su casa
No quiero doler, ni quiero hablar de casas rotas, ni de gente muerta
Te cierro mis oídos al horror
Llévame a donde la luz, déjame donde está la luz
Tengo un abrazo amarillo, una mesa de noche con libros prestados
Su voz es un bálsamo dulce
Llévame a donde la luz, déjame donde está la luz
No quiero las alcantarillas, ni quiero hablar de gente rota, ni de casas muertas
Te cierro mis oídos
Tengo la orfandad con la que llega su caricia a mi cuerpo, Lugar común, mi imagen incrustada en sus espejos. Los espejismos
dame la luz, haz que me adore
Tengo su lengua pegada a mi cara como a un hielo seco, incolora, indolora
No ves que no tengo nada?
Tumba su soledad sobre mi cuerpo pesada, líquido sostenido, si yo pudiese sacarla a mordiscos de su cuerpo para que se derramase toda sobre la cama
Vierte su soledad encima de mi.
Ivette Díaz Espín. Caracas, Venezuela en 1992. Ilustradora, artista visual, poeta. Licenciada en Artes Visuales, realiza sus estudios en UNEARTE (Armando Reverón) donde se especializa en los Medios Mixtos.
Inicia su carrera como diseñadora de producción y ambientadora en un largometraje independiente, dedicándose posteriormente de lleno a las artes visuales. Ha participado con su trabajo fotográfico en varias muestras colectivas y publicaciones en linea.
Su trabajo como ilustradora ha sido publicado en diversas plataformas. En 2017 ilustra el poemario Medulla Oblongata de la poeta Kelly Martínez-Grandal publicado por CAAW Edi-ciones. En 2019 participa en la revista Alba Londres Issue 9. Actualmente reside en Barcelona, Catalunya.