Verónica Aranda: un tiempo fértil se dilata



XI

Bajo el ventilador desvencijado,
en cada imperativo
había incertidumbre,
máscaras esculpidas
entre el fulgor y la aniquilación.

Al nombrar, sin premura,
caléndula, deriva,
luz de granja en silencio,
primer té negro al alba,
labios abstemios demandaban himnos.



XIII

La vida sedentaria
es un círculo lleno de alacranes.

Conocí a una mujer en Rishikesh
que buscaba el consejo de un asceta.

Tendió la ropa en azoteas lúgubres
y escapó de sí misma, de la selva
en un expreso lento.
Le despertó el frescor de los magnolios
en las gargantas donde nace el Ganges.

Ató cada renuncia a un hilo rojo.



La mendiga del templo

Palpa despacio los fragmentos
de una vasija rota.
Entre la lluvia y el anonimato,
elige cada día un escalón del templo.

Marcar el territorio
con almendras amargas
le hace más vulnerable.



Mapas

Consultaba los mapas
con un bosque lluvioso en la retina
y dejaba su huella
en las contraventanas.

Si fallaban las brújulas,
si en un ardor de cal le cegaba la luz,
ella asumía el riesgo de quedarse atrapada
en una ciudad ajena.



(De Épica de raíles, Devenir, Madrid, 2016)



Alonissos

Busco en cada brazada
el lugar de los salmos;
nado, constante, sobre los erizos
y sobre las incógnitas.
Un tiempo fértil se dilata
en las calas remotas,
donde una luz muy clara
inspira compasión
y en cada soliloquio
hay texturas que niegan el desgaste.



La casa aforismo

Casa: aforismo hindú donde el deber
elimina el lenguaje desbocado,
cualquier atisbo de abertura
en desvelo de orquídea.

La casa era cuadrada,
no faltaban tinteros
sobre la doble escribanía.
Hubo un altar
con dioses de alabastro
y un cúmulo de objetos y tortugas.

En las mamparas comenzó el letargo.
Sólo querías vacuidad,
sensación de isla griega.


(De Dibujar una isla, El reino de cordelia, Madrid, 2017)





Verónica Aranda (Madrid, 1982). Es licenciada en Filología Hispánica, poeta, gestora cultural, traductora, antóloga y viajera. Ha recibido los premios de poesía Antonio Carvajal de Poesía Joven, Arte Joven de la Comunidad de Madrid, Antonio Oliver Belmás, Miguel Hernández, Ciudad de Salamanca, Luis Feria y el Accésit del Adonáis, entre otros. Ha publicado los poemarios: Poeta en India (Melibea, 2005), Tatuaje (Hiperión, 2005), Alfama (Centro de poesía José Hierro, 2009), Postal de olvido (El Gaviero, 2010), Cortes de luz (Rialp, 2010), Senda de sauces. 99 haikus (Amargord, 2011), Lluvias Continuas. Ciento un haikus (Polibea, 2014), Café Hafa (El sastre de Apollinaire, 2015), La mirada de Ulises (Corazón de mango, Colombia, 2015), Otoño en Tánger (Trabalis-Aguadulce, Puerto Rico, 2016), Épica de raíles (Devenir, 2016), Dibujar una isla (Reino de Cordelia, 2017), Sin rumbo fijo (Universidad de La Laguna, 2019) y las antologías poéticas Inside the Shell of the tortoise (Nirala, India, 2016) y Mapas (2000-2015), Ediciones Matanzas, Cuba, 2018. Ha publicado la edición cartonera Sin rumbo fijo (Cartonera Island, 2019). Ha traducido a los poetas Yuyutsu RD Sharma, António Ramos Rosa, Maria do Rosário Pedreira, Clarissa Macedo, Rosa Alice Branco, Firas Sulaiman y Michel Thion. Ha participado en recitales y Festivales de poesía tanto en España como en Marruecos, Portugal, Francia, Estados Unidos, Cuba, Puerto Rico, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Argentina y Uruguay. Dirige una colección de poesía latinoamericana actual (“Toda la noche se oyeron”) en la editorial Polibea de Madrid. Y prepara su tesis doctoral sobre la representación de la mujer en la copla y en el fado. Mantiene el blog: Poesía nómada http://veronicaaranda.blogspot.com

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