Lindantonella Solano: el agua en los ojos del caminante
DESPREVENIDA TELA DEL SIN RETORNO
Lo más terrible se aprende en la vida y
Lo hermoso nos cuesta la vida.
Silvio Rodríguez
A José María, a los jóvenes y niños
Que desaparecen sin razón.
Ruiseñores
parten cuando
apenas su alba
entra en el vuelo de la brevedad;
las flores aún los acarician
y el día de las sonrisas
empieza su baile;
entonces una lluvia
presurosa y púrpura,
los hace caer en la desprevenida
tela del sin retorno.
LOS SUEÑOS DE SECURRU
kashi -luna saborea el aroma
del viento,
cuando danza el agua
en los ojos del caminante,
los hijos de Mma- tierra
son espectros de kai- sol
un llanto con sangre y espinas
brota de mma
recorre a jepirra
Aún sigue en
Destierro juyaa- lluvia,
Clavada sigue
La sed de los Wayuu.
ABYAYALA LLENO DE INTERROGANTES
América, no invoco tu nombre.
Cuando sujeto al corazón la espada,
Cuando aguanto en el alma la gotera.
Pablo Neruda.
Me vine sin permiso,
La carretera de palabras
Se escurre en el alud del tiempo
Y el silencio.
Llego con la voz rota
Y mis pies negros ancestrales
Recuerdos que encadenan,
Los ojos derraman el azadón
Y las cenizas del océano
En este Abyayala* lleno de interrogantes
Cruzando el humo lila
Que recubre su cuerpo incierto.
*Abyayala; Nombre primigenio dado por los indígenas al territorio hoy llamado América.
JINTU DE WOLUNKA
Seré acaso una jintu de wolunka
soy el hilo roto que dejo la walekeru,
La huella de Paulina Epiayu
El camino de ipa y la hormiga
La gota de jaipai en el asahi,
El sueño de mi tio abuelo Sandalio;
Una polowi en un Rio Ranchería
Que foráneos sanguijuelas
Traman desviar su cauce,
mi eiruku es jasai
kashi en creciente
Estoy en un desierto de susha,
jalashi waya- donde estamos?
En la palaa de kataóu o en el laberinto de yoruja?
Somos aun yotojoro, cactus o un pichiguel perdido,
Estamos dentro del corazón de una iguaraya
En el palabrero camino,
Wayuu, Guajira, taya wanepiia
Sumaigua desnuda – poemario Inedito
***
Bien está que se viva y que se muera
Salvo mi corazón, todo está bien.
Eduardo Carranza
Una vez por mes,
Entre la súbitas miradas de mi cama,
Los Cachivaches, muebles y paredes;
Paseo desnuda evocando la dulce
Presencia del paraíso;
Lo he buscado infructuosamente,
Y ni siquiera el espejo
Lo retracta,
Ese fantasma que extraño,
Su voz de canario,
Y su risa de espuma,
Se han desvanecido,
Como los días que se comieron las horas añicos
Y nos deja solo recuerdos,
Como se desaparecieron los unicornios,
Se fugaron buscando,
Un horizonte propio,
Un refugio
En la cuerda del silencio
Tú eres la saliva de un vocablo
Bajo la luz de la luna.
Héctor Rojas Herazo
Es inútil embriagarse de lo perdido,
La misma sílaba
Tiembla en sollozos,
Por la mortaja del silencio,
La boca es un muro
Con grietas de muerte,
Trata de calmar
El trueno del insensato
Que custodia a la vida,
Ese fantasma que se nombra
En voz baja;
En el ruidoso porvenir
De esta cabeza donde hierven
Las piedras de la eternidad.
El silencio es una puerta,
Por ella se divisa una bandada
De papeles en blanco,
Muerde al viento,
De los últimos hombres,
Cuando Prometeo ha derretido
El nido de las hormigas,
Los ojos son;
Serruchos roídos
Por el marco de
Esta casa en derrumbe.
Lindantonella Solano nació en Süchiimma-Riohacha, la Guajira, Colombia, el 7 de enero de 1975. Pertenece a la nación Wayuu. Educadora de Preescolar, psicóloga, docente catedrática en la Universidad de la Guajira y de la Fundación Universitaria San Martín. Miembro fundador y ex miembro directivo de la fundación Atrapasueños, creadora y coordinadora de Poesía al Parque y al Barrio 2003-2007. Actualmente es coordinadora-tallerista del grupo taller de Aproximación a la Creación Literaria en Narrativa y Poesía denominado Talaushi-Alegría. Miembro del Consejo de Cultura Municipal por el área de Literatura. Ha publicado El solar 2004, poemas en el periódico Poesía Viva, Antología de mujeres poetas de Roldadillo, 2006 y Apuntes ligeros sobre kashi De 7 eneros desde el vientre de Süchiimma, poemario que recorre la cosmovisión de los Wayuu.