Carolina Campos Solís: mi sangre paralela a la luna
Autorretrato en tres tiempos
I.
Soy demasiado humana
ante los abismos más fuertes
mamá es todavía remedio infalible
y maga espanta infiernos
II.
Papá me enseñó a querer los abejones
cómo se quieren las lluvias de mayo
por su vocación anual.
Así quiero las cosas que me visitan por temporadas
las frutas, las dudas
y mi sangre paralela a la luna
A veces me quiero yo por temporadas
como quien celebra la llegada de los insectos
honrando su ciclo de vida
Papá me contó que no estaban hechos para volar
yo, amparada al celofán de su magia, creo
que los abejones sembraron sus propios mitos
y entonces así
volaban
III.
Me construí explorando los canales de la piel
me crecieron las manos, jugaron con barro y con madera
y buscando el cielo las volví hacia adentro
y me abrí túneles que bordearon la censura,
mujer laberintos
Soy todos los fragmentos
que recogí en el camino
para reconstruirme desde los pies
hasta el vientre
Desde el borde de la almohada los ojos de la gata son piscinas de algas
Giro
me suspendo boca arriba
y descubro un portal:
Una niña juega a las escondidas en una casa inhabitada.
A los seis años los cuartos vacíos son campos de juego
que no dan miedo.
La espalda contra el piso
me trae de vuelta:
ahora a este espacio
le urge llenarse.
Afuera parece que a las calles
les vertieron tilo
y las pusieron a dormir;
adentro mi niña invoca leche tibia
y una canción de arrullo.
Pregunta
por qué
lo único que hago bien
es tirarme de la cama.
Sofía
Te quiero como gata boca arriba,
panza arriba te quiero.
Gioconda Belli
Mi vida,
le dije bajito al oído
he sembrado semillas de fuerza
en cada una de tus manos.
Para tu risa construí una fuente
de dulces y maracuyá;
he revestido tu útero de tintas
inventadas por ancestras.
Con su herencia de colores
coloqué un escudo en tu pecho
para guardarte de los monstruos
que aún no hemos vencido.
Cada vez que lo descubras
todas las mujeres cantarán
y las plantas de tus pies
se elevarán al cielo.
Viniste
y un brote de helecho nació en mi ombligo,
para dejarte una selva que te cuide
cuando sea momento de partir.
Incisión
Colocaron un bisturí en mi mano,
frente a mis ojos
un cuerpo asustado.
Podía contarle las costillas,
sobre el esternón una fila de hormigas
hechas de agua.
Temblaba.
Me dieron a elegir:
abrir el pecho o la garganta.
Yo escogí sus palabras.
Bosque lluvioso premontano
Los pasos que van adelante
suenan a ramas quebrándose:
los cuento
salpican
el líquido de las pozas
rebota en las piedras
y las convierte en trampolines
Sus piernas son ahora
toboganes de agua
hojas en remojo
y un portón oxidado
que cruza el cielo
Contar pasos
puede a veces
devolvernos el presente
Abre la boca
y exhala un vaho
a montaña helada
Existe
Es dulce
nubla la vista
y se desvanece
en un tiempo definido
[una gota de lluvia en la nuca me hace levantar la cabeza]
Él existe
solamente
en un tiempo
definido
Carolina Campos Solís. (Costa Rica, 1988) Es poeta, activista cultural y gestora de proyectos. Presenta por primera vez su poesía en los talleres del Laboratorio Popular de Literatura. En 2018, inicia a compartir textos en escenarios variados de su país natal. En agosto del mismo año realiza su primera participación en la Feria Internacional del Libro (Costa Rica), en la presentación de la Antología de Nueva Poesía Costarricense “Certamen Desierto” (Editorial Fruit Salad Shaker). En 2019 vuelve a la Feria Internacional del Libro con la puesta en escena de poesía performática “Lámparas”, al lado de las poetas jóvenes con quienes más tarde formaría la Colectiva Jícaras y desde donde hoy siguen creando arte y cultivando sororidad.
Su poesía ha sido publicada en revistas digitales como Liberoamérica, Campos de Plumas (México) y Oxímoron (Bolivia); así como en la antología digital de poesía Nueva poesía costarricense. En 2020 participa en el podcast latinoamericano de poesía “Tufillo de poeta”, que se graba en la ciudad de Nueva York y en el Festival Nacional de Poesía de Costa Rica.