Mireya Goñi: en el vientre de una nube joven
SUEÑO DE FANTASMAS
Con un verso robado a Silvio
Cuando se despierta el sueño
“debiera bastar con inventar tus ojos”
y secar el desierto con el eco
de una voz desgarrada en el silencio.
Cuando se despierta el sueño
la mudez es amiga del relámpago
la mirada se escurre en una gruta
y la luna se disfraza de camelia.
Tus ojos nacen de un farol que cuelga
en el vientre de una nube joven
la nube llora porque faltan besos
que idealicen la música del aire.
La caverna delata a la mirada
la camelia la invita a pasar frío
el desierto se enfrenta con un beso
y el sueño duerme velado de fantasmas.
ABUELA
No zumbará tu aire del balcón a la cocina,
el pasillo será grande sin tus pies,
no tendremos que buscar un alfiler
y habrá menos espejuelos en la casa.
Será más complicado estar todos
a tu hora de calderos;
el recuerdo,
demasiado vidrio los domingos de mantel.
Quedará vacía tu silla
en la casa de la calle veintidós.
Las confusiones tomarán otra figura
en la inquietud de tus preguntas cotidianas.
Las décimas quedarán en el silencio,
la finca en su momento,
y el arroz será negro
como el miedo de perderte, que me mata.
OTRO POEMA
Hoy el poema es “de lugares comunes”
porque fui manantial con vestidos azules.
Porque fui primavera con organza y con seda
y porque al otoño no le importa mi queja.
Fui verano casual, con colores y manto
fui todas las cosas que modelan el canto.
Fui tierra con semillas, con olores a humo
con raíces profundas y verdores maduros.
Mis retoños existen con azules y seda
están llenos de flores y fuertes ramas nuevas.
Yo sigo aquí con ellos, sosteniendo sus troncos
dejando que el carbón trague mi grito ronco.
El otoño ha llegado antes de lo previsto
solo un tocón dejado como fe de que existo.
Como ese monumento de históricas callejas
que recuerda la historia, que recuerda las velas.
Es tan solo el otoño, pero no lo esperaba
y tiene su belleza, tiene sus blancas alas.
Ya no serán organzas, ya no serán las sedas
serán trozos de tierra, con una pena queda.
Y aquí sigo sentada, rodeada de clamores
y de voces internas que me colman de flores.
Y es que el otoño blanco contiene sus bellezas
y espera a que el invierno no cometa bajezas.
EMIGRANTE
(soneto alejandrino)
A Nuvia Inés Estévez
Emigrante es mi nombre bajo este cielo verde
emigrante el suspiro que ajusta los secretos
emigrantes mis hijos que reclaman sus retos
emigrante mi pena que nunca más se pierde
Alegría de la vida que también llega y muerde
regocijo de un mundo cargado de amuletos
mi patio tiene flores, tiene yerbas y abetos
y quizás entre versos alguna idea concuerde
Cada café un suspiro, cada paso un ladrillo
cada espacio es un hueco de una larga distancia
la canción un sollozo que trasluce el colmillo
Este sol que reluce descolgando zarcillos
las flores y los musgos alternan su fragancia
y recuerdos muy gratos repletan mi castillo.
PALABRAS
Soneto para Nuvia,
por Borges y el oblivión.
Las palabras liberan los espacios
los espíritus vuelan a su aire
los recuerdos suavizan su donaire
el amor se reparte entre prefacios
Un placer compartir viejos secretos
agradables palabras de intercambio
tentación que nos libra del oprobio
vuelos tensos de versos en aprietos
Imágenes de historia compartida
que realizan piruetas con el viento
personales retiros de la vida
Añoranza, caricias abatidas
protección que reboza del instinto
sensación de oportunidad perdida.
A RUBÉN DARÍO
(serventesios)
De transparencias y de madreperlas
se hace la imagen de mi desconcierto
cristal, color, me cuesta disponerlas
agua de rosas frente al mar abierto
Surco de azules, yerba que se yergue
manto de tornasoles que me invento
terciopelo de almas que el sol muerde
albores de fragancias en el tiempo
Fontanas, manantiales, ríos frescos
madreselvas de amores infinitos
bergantines de lluvia truhanescos
piratas de propósitos marchitos
Cisnes en tulipanes de jardines
pavos reales de colas diamantinas
unicornios con cuernos de jazmines
elefantes que llenan marquesinas
Poeta de amor, venero tu elegancia
tu fineza sutil, tu extranjerismo
la palabra que rima en abundancia
y el necesario azul de tu cultismo.
(Poemas seleccionados por la autora de Magras estaciones. Poemas del amor y de la vida, 2022)
Mireya Goñi Camejo (La Habana, 1966). Licenciada en Letras, en la Universidad de La Habana, especialista en Literatura Hispanoamericana. Ha sido bibliotecaria, relacionista pública, especialista de marketing y profesora de Lengua española y Literatura en el área de la educación internacional y universitaria. Su formación posgraduada incluye estancias y cursos en instituciones como la Universidad Antonio de Nebrija, en Madrid, el Centro de Examinación Internacional de Cambridge University en UK y el Consejo Europeo de Escuelas Internacionales.
Desde 2014 reside en los Estados Unidos, radicada en Miami.
Alterna los deberes profesionales con el amor por la escritura y en febrero de 2022 publica su primer libro: Magras estaciones. Poemas del amor y de la vida. Tiene en proceso de edición otro poemario y una colección de cuentos.