Dianelys Gómez Torres: ese pájaro ahogado que se asomó a beber
ABISMOS
Voy dejando uñas
por dondequiera que paso,
cabellos.
La vida
sobre mí.
Polvo eres
y al polvo volverás.
Marco paisajes
o ellos me dominan.
He puesto una mano
sobre una flor de occidente,
una flor que no arranqué
(la prefiero viva).
He mojado mis pies
en ríos de lejísimos lugares,
casi vírgenes.
He poblado sitios
corrompidos
por tanta gente,
tanta putrefacción.
La voz me sale simple,
se entrecorta
o grita mis abismos
aunque no abra la boca.
He bañado con mi sangre
los amaneceres.
PÁRRAFO CERO
(lo que pienso mientras discuten la nueva Constitución)
Golpe.
Golpe.
Golpe.
Veo sus caras absurdas.
Llueve no importa.
Hay calor no importa.
Vidas sin sentido.
Hordas de almas famélicas.
Una música que no dice nada.
Gente sin ley,
buscando en la oscuridad.
Veo una madre
con su hijo pequeño en brazos
y un golpe
que los aplasta desde lejos.
Fantasmas que acechan,
prestos a dar su mordida,
a devorar todo a su paso.
Ciegos.
Veo un joven ahogado
hasta el cuello,
tratando de salir del lodazal.
Veo manchas
donde debería haber letreros.
Mordazas.
Látigos.
Papeles estancados.
Autómatas negligentes.
Gritos silenciados por pastillas,
por hambre.
Veo miedo.
Un anciano con bastón
pide limosnas en un parque.
Veo tumultos.
Desgarro.
Pasos sin color ni fe.
Veo un padre muriendo.
Alacranes.
Maestros que no enseñan.
Hermanos que se odian.
Veo humanos.
¿Veo humanos?
Golpe.
Golpe.
Golpe.
Cierro los ojos
y los abro a la luz.
ANAGNÓRISIS
Ahora creo más
en la locura,
ese pedazo de bestia
a la que nos aferramos
para escapar de la vida.
Ahora duermo
entre elefantes
y vuelo.
Ahora siento
que soy varias
en otras dimensiones,
otros tiempos.
Ahora soy yo misma.
SOLO MIEDO
El miedo pasea por mi sangre.
Alejandra Pizarnik
Es mi sino el miedo.
Miedo de mí,
de todo cuanto oculto,
de mis rasgos,
mis dedos,
de lo que puedo ser
entre sombras.
Un terror espantoso al vacío,
a la mentira,
la certeza,
a los augures turbios.
Miedo de parecerme
a alguien que no soy.
De ser como yo misma.
YO TAMBIÉN QUIERO SER POETA BEAT
Creí que la vida
era el filo de un cuchillo oxidado.
Empecé a hacer cosas
como usar la palabra mierda,
nunca antes mencionada
por mi boca culta y desabrida.
Mi boca azul
de muchacha universitaria.
Entré en una zona
repleta de soldados
y caminé,
caminé.
Me dispararon
pero nada me pasó.
Seguí,
seguí,
seguí…
Las balas entrando en mi cuerpo
y yo viva,
la sangre brotando,
yo viva.
Viva de tanta vida azul,
vida de mierda.
Crucé el río hasta Manhattan
y me interné en el bosque.
Ya convertida en loba,
lancé un aullido enorme.
CONSECUENCIAS
Para Amiri Baraka
Mientras me ducho
pienso en la justicia
o en la forma de acabar aquel poema.
En la prosperidad del mundo,
en huelgas de hambre,
de sed,
de silencio.
A medida
que el agua cae
sobre mi cuerpo
y me limpia de impurezas,
pienso en todo lo sucio,
lo sórdido,
lo inhumanos
que podemos llegar a ser.
Pienso en banderas,
Ideologías,
en diálogos infructuosos
o en el modo
en que la tierra se va a abrir
para tragarnos.
MOSCAS
1
Una mosca
se ha pegado a mi espalda.
Una mosca diminuta,
eternamente negra.
Ahora sus alas son mías,
su aleteo incesante.
Ahora puedo volar
hacia el abismo.
2
Y las moscas de nuevo…
Han querido
comerse siempre mi cadáver.
Pero no pueden
con tanta desolación,
con tanto miedo.
¡Tanta vida!
Moscas
ASOMBRO
… calla, no hables, sé piadoso;
no despiertes los pájaros que duermen.
Alfonsina Storni
He encontrado en mi camino
a ese pájaro muerto
con las alas cansadas,
ese pájaro ahogado
que se asomó a beber
y se cayó al abismo.
He salido con él
entre mis brazos
que también un día creí alas.
He asesinado a la tristeza.
LA MUERTE SOMOS TODOS
A Eliseo Diego
¿A qué le voy a temer yo,
si he vencido dos veces
a la muerte?
La tomé de la mano
y he bailado con ella.
La muerte no es,
como piensan algunos,
esa señora lúgubre,
espantosa,
toda vestida de negro
con la guadaña al brazo.
La muerte es una niña,
un unicornio azul,
un señor de alas largas.
La muerte es risa,
es odio.
La muerte somos todos
preñados de azucenas.
Cuando te estás muriendo
no piensas en la vida
ni en lo que te faltó.
No ves un túnel blanco.
La muerte es lo que quieras.
La muerte
eres tú misma.
(Poemas seleccionados del poemario Metáfora del miedo, que permanece inédito)
Dianelys Gómez Torres (Cárdenas, Cuba, 1982). Filóloga y editora. Trabaja en Ediciones Matanzas, prestigiosa editorial cubana donde ha editado libros de diverso género. Directora de la revista Reflexión y Diálogo. Laboró durante algunos años como correctora e impartió clases de Comunicación Social. Ha sido jurado en jornadas y concursos literarios. Ha participado en coloquios, mesas de opinión y presentaciones de libros. Artículos y poemas suyos han sido publicados o se encuentran en proceso de edición en varias revistas y antologías. Entre estas se encuentran la revista Matanzas (Cuba, 2015 y 2017), la revista minúscula. literatura breve (México, 2019), Lecturas pandémicas, reflexiones en tiempos de cuarentena (antología audiovisual, La Gata Ediciones, Chile, 2020), Melodías del alma (antología, Ediciones Afrodita, Argentina, 2021), Los Herederos del Parnaso. Antología de literatura contemporánea (Ediciones Alborismos, Venezuela, 2021) y Korad. Revista digital de literatura fantástica y ciencia ficción (Cuba, 2021). Ha obtenido premios por su labor como editora y poeta: Segundo Premio Internacional de Poesía Museo Casa del Faro, Argentina, 2020 y Premio de Poesía Oscar Hurtado 2021, Cuba; entre otros. Ha participado en las Ferias Internacionales del Libro de La Habana, y en la XVI Feria Internacional del Libro del Zócalo, México, 2016.