José Kozer: luego bartola y haraganear
IMAGO MUNDI
Sombrero de lona alas anchas ajustado lo rectifico en el
espejo luna blanca
camisa de mezclilla
planchan ropa
almidonada en La
Habana el vuelo
programado para
las nueve de la
mañana su destino
ja ja el Destino.
En punto, orilla sur de la bahía, ensarté un pejerrey
y, somos tres, uno
o dos más y está
el almuerzo de hoy
asegurado: y luego
bartola y haraganear.
Cachimba, no fumo,
sírvame para imitar
a Rimbaud con su
cachimba de mazorca
de maíz, con la mirada
sigo una chalupa,
chalana (medio
chalado yo) dorna,
esquife, cabeza calla
para callar la boca, a
la mañana encallar a
la orilla de esta bahía
costa norte (Atlántico):
el sol empieza a picar,
me echo decúbito
prono, imagino una
lancha con músicos
chinos, vida monocorde,
linterna mágica: placeres
elementales, fornicar,
fabricar juguetes de
madera para los
chiquillos del vecindario,
¿vecindario? ¿No vivo
con una mujer a solas
en la cocorocha de un
cerro del Cerro, afueras
de La Habana?
No tengo, buen estado, contenido.
Pienso y entre lo que escribo y pienso buena parte voy
retocando (y ahí,
modificación, te
quedas). Siempre
fui un corregidor
de mis textos,
asuntos de
semántica,
comportamiento
y defecación.
Cundió el pescado para dos. El tercero de la tribu se
esfumó (del texto).
Trucos que me juega
la cabeza, me apasiona
vaciar las entendederas,
retomar la pareja de
pantagrueles de madera
que estoy tallando para
los arrapiezos del barrio,
en Cuba reparto, en
México colonia: aquí
arriba con el WiFi tengo
la música clásica que
quiera a la mano. Bach.
Canto llano. Y sevillanas
(Carlos Saura) mucho
recuerdo Andalucía, no
son nada encorsetados,
un lujo el galán de noche,
las noches claras, dormir
con la ventana de par en
par bajo un mosquitero.
Mañana en Úbeda maitines. Y pensar que voy a morir
en La Florida, ni Nerja
ni La Habana, apartado
de mi nación y religión,
desajustado de la propia
ceniza, pedigüeño de un
rato más, carne, aire, a
qué, poco ganaría: hora
de trancar, imaginar una
lápida (no habrá) donde
se lea no more business
to transact.
Dejo unos poemas (de qué vientre surgieron) y aunque
nunca se sabe unos
pesos como protección,
cordura es dinero: en
una terraza la voz del
padre, en la sala la
madre (butacón) en
el arcón solsticios de
papel, resmas, denotar.
JOSÉ KOZER. (La Habana, Cuba, 1940). Es hijo de padres judíos, emigrados a Cuba, el padre de Polonia, la madre de Checoslovaquia. Vive en USA desde 1960. Enseñó español y literatura en lengua castellana en Queens College, CUNY, de 1965 a 1997. Reside en Hallandale, Florida. Su obra ha sido traducida parcialmente a diversos idiomas, con libros en ediciones bilingües al inglés, portugués y ruso: ha sido publicado en numerosas revistas y periódicos, a la vez que ha sido estudiado en diversas tesinas y tesis doctorales. Entre sus últimos libros se encuentran Bajo este cien (dos ediciones, en México y Barcelona), Carece de causa (dos ediciones, Buenos Aires), Ánima (México), No buscan reflejarse (La Habana), Farándula (México), Tokonoma (Madrid), Índole (Matanzas, Cuba), De rerum natura (Sao Paulo, Brasil) y dos libros en prosa, Mezcla para dos tiempos y Una huella destartalada (México, Editorial Aldus). Visor editores de Madrid publicó una amplia antología de su obra titulada Y del esparto la invariabilidad; Monte Ávila Editores de Caracas publicó otra antología, Trasvasando. Es autor de 96 libros de poesía. Ánima ha sido publicado en Inglaterra en edición bilingüe (español/inglés) que tradujo el poeta australiano Peter Boyle, quien tradujo asimismo su libro TOKONOMA publicado en español en Amargord de Madrid, y que apareció en Shearsman en edición bilingüe y en una segunda edición sólo en traducción al inglés. Recibió el Premio de Poesía Pablo Neruda del 2013. Fondo de Cultura Económica publicó una retrospectiva de su obra titulada ACTA EST FABULA a finales del 2013, y Lumme editorial (Sao Paulo) publicó su poesía casi completa en 2017 bajo el título de NULLA DIES SINE LINEA. Es MONTGOMERY FELLOW desde el 2017.