Asunción Caballero: esfinge de la mujer que me habita




ENDIMIÓN

Espérame en la orilla de la noche,
entre la estela de los cometas muertos
que, al caer sobre el mar,
colorean de rojo la piel de la luna.

Espérame en el borde del mundo.
Llegaré a tu lado estriando la senda,
caminaré entre los surcos ocres y verdes
de tu durmiente almohada.

Posaré en la ranura de los besos, mis labios.
Y en tus brazos acoplaré para siempre un palpitar.




VIDA Y MUERTE

Has llegado a donde estás
sin rendirte a la vida
que te forjó con dureza,
sin tallarte en mármol.

A veces
cubrió tu pelo con manta de escarcha
y reventó las ruinas de tus huesos.
Tú supiste asfaltar los escombros
para seguir de pie, aun con fisuras.

Has zurcido mil veces tus desgarros
y aquí sigues, subida a tus tacones rojos,
para mirar a la muerte de frente
y ver derretirse el hielo de su hoz.
Mientras, te pones el sombrero blanco
y sonríes a la vida.

El espejo refleja a la mujer que ha nacido
-tú sabías que la llevabas dentro-
preparada para luchar a muerte
y dejar la partida en tablas.




ESFINGE

“Hay mujeres que caminan erguidas,
seguras sobre sus tacones;
adornan con rímel sus secretos
y pulen sus aristas.
Son pirámides”.
Chelo de la Torre

Me asomo a la ventana
y los cristales
empañados por la lluvia,
permiten ver la esfinge
de la mujer que me habita.

Enigmática y camaleónica,
pasa de largo ante mí.

Pasa de largo.

Sujeta entre las manos la aureola
con que oculta su mirada.

Y en tardes como ésta,
guarda en sus bolsillos
el color de la luz.

A través de los cristales
empañados por la lluvia,
veo a la mujer
que a veces,
soy.




MIS MANOS


“Acercate.
Junto a la noche te espero
Nádame”.
Carmen Conde


Han cambiado mis manos
y las tuyas
Han cambiado tu piel
y la mía
Han cambiado los amigos
que fueron tuyos
que fueron míos
Se hicieron adultas las ilusiones
se han cumplido muchos sueños
Se vertieron demasiadas lágrimas
y llenamos la luna de caricias
Hubo noches de enfados
y días de silencios
Alguna vez
nos herimos con el vértice
de las palabras
y nos faltó algún perdón
pero mis manos siguen anhelando tu abrazo de cada tarde
y tus manos
aprenden a reconstruir las orillas de mi piel




-X-

Oíd
escuchad a la alondra reír en su nido
Amaneceres así
se nos dieron pocos

Él brilla en su trono
siento su calor traspasándome la suciedad de los dientes
y nosotros seguimos con los ojos cerrados
pero abrid los oídos
y escuchad el canto de este ave madrugador

Si estuviéramos en el campo
cantarían los gallos
aquí en la ciudad
también es difícil oír a una alondra
y hoy tenemos el lujo de llenar nuestros oídos con su trinar

Pobre Alondra
quizá haya perdido a su bandada
durante las últimas migraciones
quizá se distrajera al observar que los mirlos pueblan el parque
o quizá
vivía en la clausura de una jaula
y escapó de su opresor

Pobre alondra
tan sola entre tantos pájaros diferentes
¿qué pensaran de ella
los periquitos extranjeros con sus papeles
de “ya nacionalizados”
y los gorriones indígenas
que ven como otras especies
ajenas a su territorio
les echan de sus casas?

Es la Ley del más fuerte
aquí en el parque urbano
de esta macrociudad sin nombre
también como en el mar
el pez grande tragará al chico sin inmutarse

Nosotros mejor
nos damos la vuelta en la dureza del banco
y sin abrir los ojos
dejemos que pase el día…




-IX-

Vengo a ti
a coserme las heridas
que sangran en el reverso de mis vísceras,
allá donde sopla perdida una tolvanera
entre el laberinto de mis propósitos.

Vengo a ti, a calmar la sed de mis sesos
-ciclón sin tregua-,
y a llenar mi mirada de azul en calma.

Vengo a ti
y hoy no tienes descanso.
Galopas al empuje del viento
-con gorro de luna llena-,
y la música de tu oleaje
empapa la arena de mis poros.

Vengo a ti
a mirar tu embrujo sobre el horizonte,
y quisiera ser sirena que salta sobre tu espuma
y bucear en tus entrañas,
hasta vaciarte el dolor de los milenios
  -que llevas siendo nuestro Mar-.


(Poemas pertenecientes a los poemarios Pronombres, Los zapatos del indigente y Diálogos de agua)


Asunción Caballero -Mascab-. Graduada en educación infantil. Gestora cultural solidaria, escritora y poeta. Su obra poética y narrativa ha sido recogida en numerosos libros colectivos. Es impulsora de las antologías solidarias: NEcesarias PALabras (Unaria Edic.), premio versos solidarios 2016; Flores del desierto (Unaria Edic.); Salam (Edit. Lastura y Juglar). Tiene publicados tres libros en solitario, uno de ellos, Pronombre (edit. Lastura 2016), ha sido también publicado en versión bilingüe Castellano-Árabe (edit. Lastura 2016), y en versión Polaca (Edit. St. Maciej Apostol 2019). En Abril-2019, su poema «A la espera», recibe el tercer premio en el I Certamen Poético Internacional José María Lopera «Olivo Mítico».

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