Chi Trung: desnudos como un guijarro tosco

Vientos

(fragmento)

 

8

Vientos sobre el cuerpo oscilante pasan por las azules absortas columnas del ojo, con las imperturbables sombras del recuerdo que no acaba. Cuando. Cuándo sabremos de ese cuando. Oh memoria que cruza como ráfagas de viento proximidades y lejanías y abandona lo trágico. Aquí generalmente en la palabra.

(Traducción de Clara Janés y Christian Uetz)

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Vientos son un gran aliento manteniendo en vida lo vivo; un suspiro intemporal aflorando desde el principio, ¿será para siempre? ¿Un malhablar planteando y aclarando el ser con todos los enigmas que nos acompañan? ¿Son una palabra que pretende contener nuestro principio dramático y nuestro final incontable en todos sus detalles? ¿Son todo lo que hemos cubierto, la vida lo ha cubierto y el tiempo lo ha enterrado ¿También son el hedor que ahora se esparce supliendo el aroma del día de antaño, son lo antibello del que consiste el último soplo de nuestra existencia?

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Vientos, ¿son la demasía de la ética, el hastío del amor, el apartamiento de  lo humano? Nosotros, los coetáneos, ya no requerimos de todo aquello, pues partimos orgullosos en la necedad y desnudos como un guijarro tosco. Si, nos esforzamos en olvidar. Pero el interior del corazón todavía no llegó hasta el final. ¿Fue por nuestro poder que nos vimos una vez hasta el interior intuyendo la última vez? ¡Qué juego simple es el olvido! ¿Por qué no puede olvidar nada un poeta? Ni la visión pasada y aún viva, ni al hombre mismo, la tarde estival, el aire ondulando entre dos corazones… Aunque de noche venga la mensajera del olvido.

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Vientos son uno y el mismo habitando dos sitios alejados de sí, el lugar de la cercanía y lejanía, del saber y no-saber, de la espera y no-espera. Es que la vida puede ser rechazada por la poesía? ¿O sólo la poesía por la vida? No, la vida de cada cual no es única, es sólo la vida misma. No contemples lo tuyo como lo único que tienes, arrójalo a los vientos, déjalo ser efímero y olvido. Lo particular de la vida sólo yace en la palabra que escribes.

(Traducción de Juana and Tobias Burghardt)

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Vientos, ¿sois vosotros el aliento del cielo, el insensible aliento de la deidad, lo que lleva los sufrimientos del hombre y de la tierra al reino de la nada y se lleva las imágenes? ¿Sois vosotros lo que hace que se olvide la vida, sin que tengamos que soportarlo perseverando en nuestra miseria? Sabemos en realidad por qué hay tanta tristeza acumulada en nuestra alma, la tristeza del tiempo todo, arrojado en la superficie terrestre y los siglos cada vez más inconclusos. ¿Podrá conocerse un día?    

(Traducción de Clara Janés y Christian Uetz)

(Manuscrito original del poeta)

NGUYEN CHI-TRUNG (Vietnam) nació el 17 de febrero del 1948 en la ciudad costera de Vung Tau, en las cercanías de Saigón. Al terminar el bachillerato, en medio de la guerra, logró obtener una beca estatal para estudiar en Europa, aunque no Filosofía, como le hubiera gustado, sino Ingeniería y Matemáticas, según las necesidades oficiales de su país. Llegó a Stuttgart, Alemania, a fines de 1967, donde reside hasta hoy. Se dedicó a la enseñanza universitaria y privada de Mecánica y Matemáticas. En los años setenta empezó a escribir en alemán, a la par que en su lengua materna, el vietnamita. A mitad de los años noventa optó por dedicarse enteramente a la escritura como poeta bilingüe, ensayista, antólogo y traductor del alemán, inglés y francés al vietnamita. Ha traducido a Hölderlin, Trakl, Rimbaud, Char, Apollinaire, Leopardi, Montale, Kavafis, Pessoa, Dickinson, Auden, Porchia, Maksimovic, Khayyam, Nguyen Du… Ha publicado en vietnamitayen aleman. Su poesía experimenta una clara visión desilusionada y meditativa, busca paulatinamente «el olvido de los días y del espacio,/el olvido de nosotros mismos». Su creación ha sido comparada con la de Eliot, Rimbaud o Whitman. Por su modo de forzar la frase presenta igualmente un aroma rilkeano.

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