Ulla M. Gabrielsson: este pequeño trozo de evolución





UN CONO CAÍDO

Sentada en el suelo junto al pino pirenaico. Y una gota de resina pegajosa dorada cayendo sobre mi cabello.

Un aroma antiguo de la infancia. Bosque ártico en mi cabello. Y los conos siguen cayendo al suelo.

Al final de mi viaje. Y con el viento de poniente en mi nariz y barbilla. Y la resina va volviéndose ámbar.

Sentada al sol, apoyada en el tronco del pino pirenaico. Y la resina pegajosa dorada cayendo sobre mi cabello.

Escucho cómo el sonido de la resina estalla en la corteza para curar las cicatrices de las viejas ramas mutiladas.

Escucho el sonido de los conos cayendo. Escucho a la edad. Y la resina va volviéndose ámbar.

Entonces, de repente, un pequeño cono cae en mi regazo. El sol se enciende en mis manos sosteniendo este pequeño trozo de evolución.

Un cono. ¡Charlando conmigo! Y la resina volviéndose ámbar.

Encaja perfectamente, dentro de mi palma. Una joya de madera. El patrón en su espalda se expande en una espiral a través de nuestra galaxia.

Ella muestra la espiral que Fibonacci descubrió en todas partes, no importa dónde, donde sea, para siempre.

En coníferas, flores, galaxias, contrabajos y en conjuntos de Julia. En el torbellino de tu cabello. Y la resina va volviéndose ámbar.

La conífera es de color marrón. Las escamas son de color negro hollín. Cada semilla está imbuida dentro de un copo, sostenido por las escamas.

Escamas que se cierran con el frío. Escamas que se abren con el calor. Incluso cuando el cono ha caído al suelo. ¡Está vivo!

Apoyada en el pino pirenaico con un descubrimiento en mi mano. Y la resina pegajosa dorada cayendo sobre mi cabello.

Al final de mi viaje, mientras sus conos siguen cayendo al suelo. Viento occidental en mi nariz y barbilla.

Después de que me haya ido, todavía estará aquí. Este es mi consuelo y anhelo. Y la resina irá volviéndose ámbar.





A FALLING CONE

Sitting on the ground by the Pyrenean pine. And golden sticky resin’s falling in my hair.

A scent of ancient childhood. Arctic woodland in my hair. And cones keep falling on the ground.

At the end of my journey. And westerly wind on my nose and chin. And resin goes rosin.

Sitting in the sun, leaning on the trunk of the Pyrenean pine. And golden sticky resin’s falling in my hair.

Listening to the sound of resin bursting forth on bark to heal the scars of her old, mutilated branches.

Listening to the sound of her cones falling. Listening to age. And resin goes rosin.

Then all of a sudden a little cone falls into my lap. Sun is lit on my hands holding this little tale of evolution.

A cone. Chatting away with me! And resin goes rosin.

Fitting perfectly, sitting on my palm. A wooden jewel. The pattern on her back is spiralling through our galaxy.

She shows off the spiral Fibonacci discovered everywhere, however, wherever, forever.

In conifers, flowers, galaxies, bass clefs and in Julia sets. In the whirl of your hair. And resin goes rosin.

The conifer is brown. The scales are soot black. Each seed is asleep within a flake, held by the scales.

Scales closing in the cold. Scales opening in the warmth. Even when the cone has fallen to the ground. She is alive!

Leaning on the Pyrenean pine with a discovery in my hand. And golden sticky resin’s falling in my hair.

At the end of my journey, whilst her cones keep falling on the ground. Western wind on my nose and chin.

After I’m gone, she will still be here. This is my comfort and longing. And resin goes rosin.

(Traducido del original en inglés al español por Aleisa Ribalta)



Ulla M. Gabrielsson. Nacida en 1956. Escritora sueca, traductora, ilustradora, periodista y editora. Realizó estudios de bellas artes en Brasil. Vivió en Rio de Janeiro desde 2001 al 2006. Fundadora de Edition Diadorim. ha publicado El libro del peregrino y EL libro de las horas de Rainer Maria Rilke en traducción suya al sueco, Pilgrimsboken (2002) y Timmarnas bok (2005). Así como ensayos, traducciones, reseñas y entrevistas a muchas personalidades como Lygia Bojunga, José Saramago, Ferreira Gullar, Paulo Coelho y Gilberto Gil.

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