Xavier Rodríguez Ruera: la memoria es de cristal

 

 

PARÍS, BOULEVARD MAGENTA

Son delicados los sentimientos que configuran una vida cuando se convierte en poesía,

una jaula de hierro, cristal y sangre vuelta clara en virtud de la lluvia que cae,

la memoria es de cristal, los instantes detenidos que nos configuran,

hierro, cristal y sangre,

las calles solitarias, la lluvia cayendo,

cayendo.

Había una canción que se llamaba Crystal Ship, rodaba tan triste

como el organillo que una gitana despeinada y morena hace girar por las aceras.

Alzado en piedra sucia el arco de Saint-Antoine,

la lluvia ha convertido las mesas de los cafés en espejos de agua,

de vez en cuando el viento se detiene y pasa un hombre solitario que fuma en pipa,

una pareja de amantes como un nudo de deseo

camino del hotel que en la fachada luce una sola estrella, solo una,

solitaria.

Los ángeles de mármol del cementerio parecen constipados,

sus trompetas de musgo y piedra detienen el silencio que, como tierna pared,

sin ellas caería.

Paso cerca del Sena y un veo un barquero amarillo bajo el cielo aceitoso.

Hace frío. Le arrojo una moneda, y entro en el bar,

caliente, rosado y lleno como la lengua de un perro que nunca desespera.

 

 

 

 

ISLA NOCTURNA

Sailing to Bizantium.

W.B. Yeats

 

Será todo como un viaje a la isla de los evangelistas,

en algún puerto donde permanecen solo los desechos

y cada cual sabe y trata de mantener, por una parte…

En aquel puerto debe hacerse

lo que debíamos hacer, la cuarentena,

entre pecios podridos como nosotros

que forman parte, también, de lo que fuimos.

 

Caminamos con la cabeza gacha, esa isla,

ese puerto somos nosotros, como quien no tiene lugar donde esconderse.

 

El alcohol, la noche, las miserables casas de los pescadores

iluminadas, el mar, tan azul, y el viento, su antiguo lamento.

 

Conozco a la perfección cada jugada

donde yo mismo juego conmigo mismo la partida de dados.

Un faro, largo como un aullido, hiere las aguas.

Sentado, apoyando la espalda contra el muro

persigo el rumbo de algún astro

y siento en el muslo el pellizco de una hormiga.

 

Herida y claridad se dibujan en mi rostro.

Va pasando la vida, lejana, brillante, desmenuzada

en tiernos pensamientos inconsistentes.

La vida es aquello que nos pasa. Y de noche no cantan los pájaros.

 

 

 

(Poemas inéditos seleccionados por el autor del libro en preparación El ocio nocturno de los pájaros)

 

Xavier Rodríguez Ruera (Barcelona, 1975). Es autor de los poemarios Suburbio y Lejanía, ed. Oblicuas, 2012, y La vida enorme, Témenos Edicions, 2016. 
Escribe en la revista cultural Kopek y el blog literario El calcetín de Ulises.

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