Magnus William-Olsson: Uno se esconde como Adán

(Foto: Sofia Runarsdotter)

El cangrejo ermitaño también tiene enemigos

El cangrejo ermitaño también tiene poderosos enemigos.
Por ejemplo el bogavante, el pulpo y el tiburón son peligrosos.
Pero peor son las miradas que queman
a través de la niebla de algas y pellizcan un cuerpo
desprotegido.
Uno no se libra tan fácilmente de la mirada de Dios.
Para Dios no hay espacios secretos ni tampoco pensamientos
ocultos.
Uno se esconde como Adán.
Como Adán es el tímido animalito
cuando un pez —o quizá sólo la sombra
de un pez— pasa. «¿Quién te ha hecho
entender que estás desnudo?», pregunta severamente el pez.
»¿Desnudo?» pregunta sorprendido.
Pero inexplicablemente se ruboriza en su concha.

Este es el bogavante

Este es el bogavante
Él es irreprochable.
Irreprochablemente cumple los mandamientos de su Señor.
Mira se raspa las patas con trozos de arcilla.
Aunque íntegro se ha visto afectado.
Todos los hijos y su esposa
han caído ante el enemigo y están muertos.
Estos son el pulpo y el tiburón,
los amigos del bogavante.
«Bogavante», dice el tiburón, «tú has pecado contra Dios».
«No», contesta el bogavante.
«Mira, ahora también mueren tus ganados,
asimismo las cosechas de tus campos.
Has pecado contra la ley», dice el tiburón.
«No», contesta el bogavante.
«Mira qué pústulas e hinchazones
le han salido en el cuerpo al bogavante»,
grita el pulpo al tiburón,
«¡es el castigo de Dios!».

«Yo soy irreprochable», chilla el bogavante.
Irreprochablemente cumplo los mandamientos del Señor.
Nunca he pensado nada malo de Dios.
El Señor me castiga injustamente.»
«¡Quién eres tú para censurar al Señor!
Mira que ahora tus patas están blancas y muertas»,
gritan el pulpo y el tiburón.
«Irreprochable», susurra el bogavante,
«irreprochable…» Luego se va
desaparece.

El círculo

El círculo, piensa el cangrejo, es la serpiente de la creación.
Se encierra en un pequeño espacio que de un corte separa
una de otra la eternidad de la infinitud.
¡Desgracia sobre ti, lengua bífida, que pones a mi Dios
contra la nada!

[Del poemario Canciones del cangrejo ermitaño (Ars Poetica, 2019) en traducción del sueco al castellano por Francisco J. Uriz.
Textos cedidos por su traductor para la revista]

Magnus William-Olsson (Estocolmo, Suecia, 1960). Poeta, traductor, y ensayista. Libros en Español: Una ciudad sin muros – poesía escogida 1989-2011, trad. Ángela Inés Garcia, Libros del aire, España 2012. Canciones del cangrejo ermitaño, trad. Francisco J. Uriz, Ars poetica, España 2019. Nada es siempre demasidao tarde, trad. Francisco J. Uriz, Libros del innombrable, España 2020. Traductor  de entre otros Antonio Gamoneda, Gloria Gervitz, Constantino Cavafis, Alejandra Pizarnik, y Safo. Vive en Estocolmo.

Francisco J. Uriz nació en Zaragoza (23.12.1932) y se licenció en Derecho en la Universidad de dicha ciudad en 1955. Trabajó durante treinta años en Estocolmo en los campos de la enseñanza (en Skolöverstyrelsen —Dirección General de Enseñanza Media— y en Handelshögskolan —Escuela Superior de Estudios Económicos—) y de la traducción literaria. Desde 1988 vive en Tarazona dedicado a poner en pie y en marcha la Casa del Traductor. En 1996 ha recibido el Premio Nacional de Traducción por su obra Poesía nórdica, antología de 1.100 páginas de la poesía de los cinco países nórdicos (Ediciones de la Torre, 1995). Poco después, a finales de diciembre delpasado año, también recibió el premio de la Academia Sueca por su destacada labor de difusión de la cultura sueca. Entre sus traducciones al sueco (junto a Artur Lundkvist) podemos citar las de Huidobro, Borges, C. Vallejo, Neruda, Dámaso Alonso, Gabriel Celaya, Blas de Otero, Gil de Biedma, García Lorca, Alberti, Cortázar… y traducciones al español de Lundkvist, Olof Palme, Bergman, Ekelöf, Harry Martinson, Strindberg, etc. Es además poeta y autor de obras de teatro.

Compartir esta entrada