Ángela García: Es el año de un edicto contra los abrazos
Busca con desesperación el sueño en la madrugada,
pero ante los ojos cerrados se prefigura una red de araña,
intacta trama de seda brillando
contra el vano oscuro de una puerta desconocida.
La araña se ha marchado, o quizás aguarda en la sombra.
Ahí, en esa geometría, la singladura de un viaje por el laberinto.
¿Es la pista el vacío que se extiende, lo indefinible?
¿O es la seda, el brillo que invita, lo adherente?
¿Es trampa lo sólido que resplandece
ante la indeterminada luz de la mirada que soy
el insecto?
Convite de rostros
Pero no se trata de quitarnos las máscaras,
dotación de los dioses.
Este no es un convite de fantasmas,
sólo somos metáforas del miedo.
Más cuando en el ritual único me has visto,
por algo relampagueaban tus ojos.
Sólo el fuego o la sangre prueban la veracidad de un rostro,
mientras el tiempo extiende en su mesa de tahúr máscaras
y rostros por igual,
siempre podemos reconocer el muro de piedras
enmarcando la noche impenetrada.
Aún en la caverna una risa que intentamos acallar
por no poder masticarla.
Pero ella nos sigue, como la sangre misma,
lejos del infierno, como joya inveterada.
Torrente
Entre el instante de despertar
y reconocer el hogar que nos envuelve,
entre este momento en que empiezo a correr
y el final de los kilómetros del día;
entre la rasquiña de la herida
y la cicatriz ya silenciosa;
entre el trabajo de los dientes
en las verduras crocantes
y este momento de escribirlo,
entre el mutismo de la hora ciega
y lo que dice la propia historia,
entre la primera y la última frase del libro
la vida con sus imprevisibles goces
se interpone a mi deserción.
A Jorge Luis Borges
Viñeta en mayo
Los prados salpicados de belloritas se amamantan
de la ubre añil para su armadura clorofílica.
El agua corre con tal lentitud por el canal
que parece una instantánea.
Mucho prójimo ha salido a respirar.
Reposan en la hierba con los pies descalzos.
Es el año de un edicto contra los abrazos,
su invisible escritura inunda los alvéolos,
millas a la redonda casi puede oírse
la sinuosidad de la fiebre como un solo jadeo,
que anticipa el fuego a donde son arrojados
miles de cuerpos en todo el planeta.
La primavera no sabe, llega sin falta
con su hidromiel y su carnaval de colores.
2020 año del Covid 19
Anual es la regularidad del centeno
Es pertinente salir del mundo
Cierta marginalidad es fuente
La clave para recorrer grandes distancias
Es no seguir a nadie
Y para no delirar
es no saber el gran designio
El horizonte es una nave
y la cita tiene varios puertos
El deseo nombra fines
apenas alternativos
Cuando asciendes
el ritmo es paso a paso
Hay tramos donde las raíces
sirven de escalera
otros donde son precipicio
Un paso: aire consumido
Otro paso: aire tomado
Un paso nuevo: aire distribuido
La cresta de la pendiente
te hace un ser marginal
A lado y lado
la naturaleza te recobra
y te sostiene
El camino que se anda jala
Ángela García. (Medellín – Colombia, 1957). Ha publicado en poesía: Entre leño y llama(1993), Rostro de Agua (1997), Farallón Constelado / Sternige Klippe (2003), De la fugacidad / Om flygtigheten (2005), Veinte grados de latitud en tres horas (2006), Doce poemas sobre el silencio (2009) y Todo lo que amo nace continuamente (2010). Sus poemas han sido publicados en la Antología Nueva Poesía América Latina, New Lateinamerikanische, Alemania, (Antología bilingüe), 1996 y Antología de Poesía Colombiana, a cargo de Henry Luque Muñoz, 1997. Colabora con publicaciones en revistas y periódicos de México, España, Francia, Costa Rica, Argentina, Venezuela, Alemania. Miembro del Consejo Editorial de la revista PROMETEO hasta 1999. Cofundadora y Directora Ejecutiva del Festival Internacional de Poesía en Medellín, desde 1991 hasta 1999. Actualmente vinculada a la organización del Festival de Poesía de Mälmo, en Suecia.