Whigman Montoya Deler: hijos de agua del milagro




Seleuco y la melancolía


Yo soy el mentiroso que siempre dice su verdad.
Gastón Baquero.


Soy el hombre que se turba con un nombre en la mano
tatúa besos en su piel
y llora cuando eyacula.
El hombre que mata ovejas en la almohada
que hace té para sus ojos
y toma aspirina
el que tiene algo de gato
que come flores
el que esconde ranas en el estómago
y se mira en un espejo roto.
El hombre que llora sólo por un ojo
que se abrasa
y dormita en su sueño fotográfico.
El que tiene alma de guitarra
el guardabosque
el hombre que fue muro
que mastica pieles de foca
y rocía gestos en almíbar.
El que recibió el aldabazo de la gente
y deshace su pespunte.
El hombre que pretendió ahorcarse en tu cintura
que hundió su lengua en el barranco
el hombre que echó el ancla en pleno velo.



Lamento del que no pudo

Yo les daré algo mejor que hijos e hijas

Isaías 56-5

Un dolor como el nuestro, de tus partos lleno
es un coro de eunucos con votos de silencio.
Tijeras de varón impiden tenerlo entre mis brazos
llorarlo de calostro con mis besos.
Es una boda donde se acaba el vino
una virgen con espinas como hijos
hijos de agua del milagro.
Un dolor como el nuestro
es como sangre oscura sobre un pañuelo blanco
en manos de un gitano.
Es armar la yurta y desarmarla sin descanso,
sentir la flecha fermentada en mi costado.
Madre, un dolor como el nuestro es pan sin levadura,
es mordernos la lengua si hablamos de intentarlo.
Una paz que duele, Padre, es un dolor de madre
por el hijo de la circuncisión.


El hombre más viejo de Australia teje diminutos jerseys para pingüinos heridos

Tú flotas sobre todo, Hijo del alma!
José Martí



He vestido a mi niño también de rosa.
He quemado todos los azules y las palabras de pelo en pecho.
Lo dejaré también jugar con muñecas o a la casita
hará de mecánico de cocina o bañará al bebé.
He rodeado de tules y encajes todos los prejuicios.
No alardearé de cuántas novias tendrá, de que será como su padre.
Mientras lo cargue, pensaré también en posibles novios, nunca se sabe.
Lo veré como un futuro hombre de bien
sin importar el leño o la flor.
Tomará la mano de otro niño cuando juegue
y ya no habrá entre dos manos alfileres.
No le enseñaré a tirar piedras a las aves ni al árbol que da fruto.
Reinventaré para él los cuentos de hadas, príncipes y brujas.
Tendrá a su padre para que lo guie.
Jugará con sus hermanas a los disfraces: habrá de vaqueros y de señoras.
Los dejaré hacer; reiré con sus cosas.
Qué importa si los rumores se extienden como hiedra.
He bordado de antemano las opiniones de los encasilladores.
Cuando ya no sea un niño
y se moje en los humedales de sus noches
verá que le brota una semilla de mostaza.
Entonces habrá notado que la vida está llena de limitadores
y de matices; que el sol sale para todos
y por supuesto a vestirse también de rosa.


Pictograma


Él soñaba con besar las pecas de sus hombros.
Él nunca había rozado la mano de otro hombre en el pasamanos de un autobús.
No sabía hacer otra cosa que llevarse a su cuarto colgados al recuerdo
el verde sostenido de sus ojos, la voz que enmudeció su nombre.
Él a veces lo encontraba a solas, eran entonces como dos capiteles
soportando el peso del silencio, el empuje de sus ojos.
Él le escribió una carta, le habló de sus pecas.
El otro sabía callar y mirarlo por horas
pero no era capaz de contestar a un cuerpo escrito.
Con la carta entre sus manos
solo supo ofrendar su grano humedecido
mientras pensaba en aquel
que quería besar las pecas de sus hombros.





Whigman Montoya Deler, (Santiago de Cuba, 1973) Licenciado en Letras y Master en Estudios Cubanos y del Caribe por la Universidad de Oriente, Cuba.
Ha sido profesor de Español como lengua Extranjera por más de 14 años en la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba, la Universidad de La Habana y Tianjin Foreign Studies University, Tianjin, China donde además impartió Literatura Española y Latinoamericana. Fue profesor de Historia de la Cultura de Iberoamérica y el Caribe en la Facultad de Español como Lengua Extranjera de la Universidad de La Habana. (FENHI)
Obtuvo una mención en la 16 edición del concurso de Poesía Luisa Pérez de Zambrana en el año 2001
Se dedica a la investigación en la enseñanza del Español como lengua Extranjera y al tema de la mujer en la Cuba Republicana.
Ha publicado el libro titulado El Lyceum y Lawn Tennis Club: su huella en la cultura cubana.

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