María García Zambrano: esta tristeza de césped tan azul

(Foto cortesía de la autora)

 

 

No

no son pájaros

son alas de ceniza

con la lengua de acero de las locomotoras

 

no

no son pájaros

son restos de un ave mitológica

barco ebrio o loba parturienta

abriéndose

por encima de las cúpulas

 

no son pájaros los estambres

de las flores funerarias

la cabeza enterrada                

                        avestruz de los agostos

transeúnte que tala

                        los sueños

 

son alas de ceniza

frágiles cuerpos dormidos

en los santuarios         de la voz

 

no

no es un pájaro           este miedo

anidando                     en la boca

 

 

***

 

Las bendiciones curan

 

bien dicha la palabra Amor               

desgarra

el cielo que te cubre

tus bronquios danzan            

al compás

de una música amantísima

y abres tu boca de Mirla

sobre los glaciares

 

– mudas en polvo esquelas

talladas para ti –

 

pero no es la hora

– erróneamente limpiaron los nichos –

no es la hora

 

bien dicha la palabra Amor

funde los metales

los convierte en esta luz

 

porque no bastará con la poesía

un ave nos ha traído

tu corazón

 

las manos pueden sentir                    

el peso del aire

aferrándose a los muros

el deshielo de la voluntad                 

inmóvil todavía

sobre la herrumbre

sobre el frío    de este páramo

 

porque hemos sembrado Amor y compartimos

las palabras benditas

las bendiciones curan

 

una diminuta llama

alumbra ahora

un planeta donde nunca

amó nadie

 

 

***

 

Cabalgan enloquecidos atraviesan el pecho

los caballos del hambre

y un rumor a muerte espantas

con tu aguja               

                        de coser

blanquísimo

 

cabalgan acarician los caballos del hambre

y un rumor a muerte

un fino rumor alado pájaro con plumas

de acero

locomotora con humo de lengua y un rumor a

los caballos del hambre

 

sin embargo

aunque estés con un pie en las ruinas

tu carne amanece sin sombra

tu piel bondad y fuegos de artificio

(cabalgan sobre ti

los caballos del hambre)

 

un amor nutriente máscara insomne

se lleva

esta tristeza de césped tan azul

 

 

PIEZAS HERIDAS

 

Tan descosida             la piel

dentro

en la costura   no

en la grieta

 

–así no es posible el hilvane

con la vista cansada              

un hilo corto

 

– tirar la blusa con cada bordado –

 

tirar la blusa y empezar

con otra vestimenta               

otro invierno

un patrón        para la no muerte

 

olvidar piezas heridas           

lo roto                        

–sin testimonio de lo que fuera

abrazo o confidencia–

abrir la hoja en blanco

 

pero una cicatriz

una invisible cicatriz             

nos cose

a la falsa perfección

                                    del día                                               

 

 

ESTA IRA

 

Aprenderéis a llorar el día breve

que enfermen vuestras hijas

y no sepáis

el nombre exacto para el miedo

 

en la garganta se ahogue ese pitido

y arda la madera seca de la muerte

 

sólo un día

de atravesadas horas

y luces que se enciendan

rojísimas las luces

y sean bestias

                        escupiendo

                        sobre los mausoleos

 

solo un día

tiriten de frío azuladas las mandíbulas

y nadie pronuncie

                        el verbo que calme

sus articulaciones

 

y todo sea balbuceo

de sabio que atesora              

sus cuerpos                 con asepsia

cuando caigan las crías                                             

en lo ignoto

y en esas horas aprendáis

el idioma absurdo de la muerte

 

sólo un día

 

 

 

Coda

 

Soy capaz de vivir          bajo la tierra

con tus ojos         como única luz

 

he pactado con alacranes

una muerte dulce             para el futuro

 

solo somos presente                    escucha

el caer del agua en la compuerta

 

este río es            nuestro caudal

para todas las estaciones

 

el trato es permanecer dentro                 la una de la otra

como crisálidas               enamoradas

 

tú eres mi hija                 pero                 yo soy tu hija

                        guíame

 

(Poemas inéditos seleccionados por la autora)

 

María García Zambrano (Elda. Alicante, 1973), estudió Periodismo y estudios de doctorado en Literatura en la Universidad de Sevilla; posee cursos de postgrado en Letras Modernas en la Universidad Paris-Diderot; Cursos de Semiótica y lingüística en la Pontificia Universidad Católica del Perú; y Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Buenos Aires. Actualmente es profesora de literatura Madrid, donde reside. Imparte talleres de poesía en la Fundación Centro de Poesía José Hierro. Forma parte de la Asociación de mujeres poetas Genialogías.

Tiene cuatro libros publicados: El sentido de este viaje (Ed. Aguaclara, 2007. Premio Paco Mollá de Poesía); Menos miedo, (premio Carmen Conde de la Editorial Torremozas y semifinalista del premio Ausiàs March al mejor poemario del 2012); La hija (Ed. El Sastre de Apollinaire. 2015); Diarios de la alegría (Editorial Sabina. 2019).

Sus versos aparecen en algunas antologías como A poema abierto. Universidad de Salamanca. 2020; Insumisas. Baile del sol 2019; Qué será ser tú. Universidad de Sevilla, 2018; En legítima defensa. Poetas en tiempos de crisis. Bartleby Editores; Voces del Extremo 2016. Poesía y resistencia. Editorial Amargord; 28/28 La Europa de las escritoras. Gobierno de Cantabria. Y en las revistas, fanzines o páginas web: Revista de Occidente; Turia; Tendencias21; Nayagua… Ha colaborado en el programa de radio El Planeta de los libros, del Círculo de Bellas Artes de Madrid, con un espacio dedicado a la literatura de mujeres. Su blog www.partirdeahora.blogspot.com

Compartir esta entrada