Vivian Lemes: un horizonte líquido más parecido al infinito que al fin
No sé más de ti
que esa foto que cuelgas en la nube.
La que miro y me mira cada día
detrás de este cristal
construido para desconocernos.
El mechón negligente
las manos detrás del espejo.
A veces imagino que un día
pasando la calle tropiezas sobre mí
Tú puedes ser cualquiera de ellos.
Sentados en un café de París
todos tienen tus manos.
Fantasmas detrás del vidrio
palpan mi cuerpo sin que lo sepa.
Un rostro a la medida del sueño.
París la ciudad de los amantes
rezan las vallas publicitarias
las revistas de viajes.
También lo es una estación perdida de Barcelona.
El sitio con olor a cerveza y mar
donde te espero.
Hagamos como que no nos conocemos
entra por casualidad
pídeme un cigarrillo.
Yo te daré la vida.
*
La tormenta ha destrozado las velas.
Delante hay un horizonte líquido
más parecido al infinito que al fin.
Eres el azul.
Un trozo de concha esparcido en la arena.
Estrellas iluminando mi naufragio.
Me quedaré un poco más sobre tu cuerpo.
Oscuro
tibio.
Fosforescente como las algas lejanas
que navegan ciertas playas.
Te miro.
Olvido por un instante
mi guerra contra los elementos.
Deseo tu boca,
tu espalda,
tu sexo.
Reír
con mi boca llena de ti,
de tu esperma,
de tu amor de una noche
o de un siglo,
en esa infinita playa,
en ese horizonte líquido.
*
Cuánto puede soportar un recuerdo,
más o menos la eternidad de siete años.
Mirar tu foto
y que mi corazón se escape.
Después de ti
han llegado otras cosas,
tiempos vacíos,
amores desvencijados,
deseos incógnitos.
Ya no eres mis palabras.
No te menciono
por miedo a quedarme muda.
*
Has decidido ser tan normal como lo permiten
tu cerveza y tu cigarrillo.
Yo también quiero emborracharme.
No voy a llorar.
Ni a esperar que tu recuerdo se borre
como las letras de una antigua carta.
Te trataré como se hace con la mierda.
Un poco de papel.
Un golpe de agua.
El olor artificial de un desinfectante.
*
De unos y otros
he escuchado hablar
de la distancia
disfrazada de paciencia.
De someter la vida
a una lenta disolución
en la que los sentimientos
son secretos bien guardados
y el amor
un horno en el que se cuece
la conveniencia.
Listo para vender.
Listo para el consume
*
Cada época tiene un hilo
que invisible
atraviesa un laberinto.
Contra mi espalda hay una pared,
mi cabeza,
escondida tras las sombras livianas de los brazos,
da vueltas.
Pienso en mis ancestros y en lo tortuoso
del camino hasta ti.
Pienso en la mujer que engendró a mi abuelo,
sola también,
las manos rotas de tanto escarbar el surco.
Una guerra de la que ya nadie habla
devoró a su amor.
La corteza fue depositada
sobre la roja tierra de su bohío,
ramas de un hombre crecieron en su vientre.
Los dados que lancé un día
me han traído este dolor.
Construirte de palabras y de tierra confinada.
En mi vientre y en mi piel transparente
crecen raíces,
hilos de agua navegando hacia una dimensión
ordenada por dioses que no amo
Dime cómo naufragar sobre tu cuerpo,
como rescatarte del tiempo que no caminamos juntos,
quiero el árbol hecho hombre,
la raíz hecha tierra.
**
I don’t know more about you
than that photo you hang in the cloud.
The one that I look at and looks at me
every day behind this glass
built to ignore us.
The careless lock of hair
hands behind the glass.
Sometimes I imagine that one day
passing in the street you stumble over me
You can be any one of them.
Sitting in a cafe in Paris
everyone has your hands.
Ghosts behind the glass
they feel my body without my knowing it.
A face tailored to fit a dream.
Paris the city of lovers
the billboards pray
travel magazines.
So is in a lost station in Barcelona.
The place with the smell of beer and sea
where I wait for you.
Let’s pretend we don’t know each other
enter by chance
ask me for a cigarette.
I will give you my life.
*
The storm has shredded the sails.
Ahead is a liquid horizon
more like infinity than the end.
You are the blue.
A piece of shell scattered on the sand.
Stars illuminating my shipwreck.
I’ll stay a little longer on your body.
Dark
warm.
Phosphorescent like the distant seaweed
that navigate certain beaches.
I look at you.
I forget for a moment
my war against the elements.
I desire your mouth,
your back,
your sex.
To laugh
with my mouth full of you,
of your sperm,
of your love for a night
or of a century,
on that infinite beach,
on that liquid horizon.
*
How long a memory can endure,
more or less the eternity of seven years.
To look at your photo
and my heart escapes.
After you
other things have come,
empty times,
rickety loves,
unknown desires.
You are no longer my words.
I don’t mention you
for fear of being mute.
*
You’ve decided to be as normal
as your beer and your cigarette.
I want to get drunk too.
I’m not going to cry.
I’m not going to wait for your memory to fade
Like the letters of an old letter.
I’ll treat you like shit.
A bit of paper.
A splash of water.
The artificial smell of a disinfectant.
*
I have heard about
distance
disguised as patience.
Of subjecting life
to a slow dissolution
in which feelings
are well-kept secrets
and love
an oven in which is baked
convenience.
Ready to sell.
Ready for consumption
*
Every era has a thread
that invisibly
runs through a labyrinth.
Against my back is a wall,
my head,
hidden behind the light shadows of my arms,
is spinning.
I think of my ancestors and of the tortuousness
of the road to you.
I think of the woman who bore my grandfather,
alone too,
her hands broken from so much digging in the furrow.
A war that no one talks about anymore
devoured her love.
The bark was deposited
on the red earth of her hut,
branches of a man grew in her belly.
The dice I threw one day
have brought me this pain.
Building you from words and confined earth.
In my belly and in my transparent skin
roots grow,
threads of water sailing towards a dimension
ordered by gods I don’t love
Tell me how to be shipwrecked on your body,
how to rescue you from the time we don’t walk together,
I want the tree made man,
the root made earth.
[De la traducción: © Colm Kiernan en colaboración con la autora, poemas seleccionados de La piel del cristal, (Simon Editor, 2020)]
[Translated by: © Colm Kiernan and the author, original version in Spanish extracted from La piel del cristal, (Simon Editor, 2020)]