Emilia Yulzarí: Celebrando los cuarenta de un Nobel tan nuestro
Por Emilia Yulzarí
(Con motivo del 40 aniversario del otorgamiento del premio Nobel a Gabriel García Márquez)
El tema esta vez no será la icónica novela Cien años de soledad, sino una obra de la que se habló mucho cuando fue publicada y que en mi opinión es muy importante porque refleja de modo más que elocuente la pasión de Gabo tanto por la ficción, como – y no menos – por el periodismo, o sea lo que podríamos llamar el reportaje novelado. Se trata de Noticia de un secuestro (1966).
Resulta curiosa una frase (citada también por M. Rivera de la Cruz, Espéculo, 1996) que en la conversación con E. González Bermejo, publicada en “Triunfo” en el lejano 1970, Gabo dijera: “Y quiero hacer otra cosa: reportajes novelados. Un poco a la manera de lo que ha hecho Capote, pero ¿cómo decirte?, menos preparado y efectista. Lo mío será tomar un hecho real y dar toda la historia…” Mucho antes de tener esa intención y después de recibir el más prestigioso galardón de literatura, el escritor logra recrear de manera magistral la historia de un dictador solitario, la de un amor que sobrevive el cólera, la de un general en su laberinto y redescubrir los demonios del amor.
Sin duda, cada una de las novelas de García Márquez exhala su propia y específica aura y hablando de la Noticia hay que subrayar su estricto carácter documental. “Noticia de un secuestro no tiene una línea imaginaria ni un dato que no esté comprobado hasta donde es humanamente posible. Sin embargo, estoy seguro de que costará trabajo creerlo, porque parece más novela que cualquiera de mis novelas. Creo que es su mayor mérito”, declara a “Cambio” el autor en 1966.
El reportaje novelado o novela documental, llamada también non-faction, está edificada sobre la base de acontecimientos reales y su respectiva investigación, pero a diferencia del reportaje o la crónica, la factología es configurada con el tradicional instrumentarium ficcional de la estilística literaria.
Noticia de un secuestro representa un paradigma de periodismo literario o de narración periodística y es una de las más brillantes novelas-faction, con la cual uno de los grandes novelistas contemporáneos vuelve a las raíces de la profesión de cronista. Con su característica obsesión por los detalles más mínimos y a primera vista insignificantes, el narrador no reniega en absoluto de la magia de los cánones estéticos de las bellas letras y relata una historia real: la serie de secuestros de diez personalidades prominentes, en su mayoría periodistas, realizados por el narcocartel de Pablo Escobar en 1990-1991. Fue el momento en que la guerra del narcobarón (y su grupo “Los extraditables”) contra el estado colombiano había alcanzado su punto más crítico.
Aquí cabe destacar de que, dentro del continuum temporal, tradicionalmente cronológico, y de la imparcial rigidez del discurso histórico en lo que se refiere a los acontecimientos sociopolíticos, el cronista logra representar la horrible tragedia de los cautivos en un relato fascinante y prendedor. En los reducidos espacios claustrofóbicos colisionan los sentimientos de secuestrados y secuestradores, paradójicamente iguales y al mismo tiempo diametralmente opuestos, sumamente contrastantes y completamente previsibles. El drama existencial reside en el clima social de terror y en el miedo glacial de los que buscan salvarse del feroz y violento brazo de Escobar. De modo quasi absurdo en el sufrimiento se encuentran unidos las familias de los cautivos y las de sus cautivadores, que igualmente llegan a convertirse en una especie de rehenes. Porque no hay un drama unilateral, es el drama de toda la nación en búsqueda de la sobrevivencia, atascada en la espiral sin salida del narcoterrorismo.
Importa señalar que la mayoría de los lectores están dispuestos a aceptar toda clase de acontecimientos inverosímiles en una novela de García Márquez, pero enfrentarán perplejos y vacilantes algunos de los hechos reales descritos en el texto. No es casual que ya con la aparición de la novela, en una de sus múltiples entrevistas, García Márquez haya anunciado que ésta es “más fantástica que la más fantástica de mis novelas”. El maligno genio en la nueva historia colombiana, uno de los hombres más ricos del planeta, el patrono omnipresente, acusado y culpable de casi diez mil asesinatos, atentados y atracos, el esperpéntico Pablo Escobar podría ser el personaje perfecto de alguna obra mágico-realista del gran colombiano. Incluso varios críticos y biógrafos han especulado con tales intenciones autorales. Pero García Márquez ha preferido crear este reportaje novelado, un extraordinario ejemplo de periodismo de investigación, consecuencia de tres años de trabajo agotador y más de cien cintas de grabaciones y así echar luz sobre uno de los períodos más sombríos y macabros de la historia de su país, siempre con la esperanza de que no se repitiera nunca jamás.
La edición de Noticia de un secuestro, en traducción mía al búlgaro, fue publicada por primera vez en 2019. Es el momento de confesar que no fue fácil, como toda traducción, aún más de Gabo, ya que cuanto más profundo se ahonda el autor en la factología, tanto más ardua resulta la labor del traductor. En el caso concreto se trata de hechos de una realidad sociopolítica poco conocida por el recipiente, pues ya no se trata de Macondo, ni de Aureliano Buendía y la bella Remedios. Para facilitar la aprehensión y la interpretación de esa tragedia colombiana, he recurrido a la elaboración de treinta y cinco notas a pie de página, un fastidioso trabajo de muchas horas de múltiples averiguaciones, pues han tenido que ser formuladas de la manera más breve y exacta posible.
Por último y modestia aparte: por la traducción de esta obra de García Márquez tuve el honor de recibir el Premio Especial para logros exclusivamente altos de la Unión de traductores de Bulgaria para el año 2020.
Emilia Yulzarí: Nació en Bulgaria y se graduó en filología española por la Universidad de Sofía. Realizó estudios de postgrado en la Universidad de La Habana con la tesis de maestría sobre el cuento cubano. Desde 1990 reside en Israel. Doctora (Ph D) por la Universidad Hebrea de Jerusalén donde se desempeñó como profesora y especialista en literatura cubana. Autora del libro «Configuración literaria de la Revolución cubana: de la mitificación a la desmitificación» (Madrid, 2004). Traductora de múltiples obras del español, portugués y hebreo.